Los propietarios y ejecutivos del Liverpool Football Club quisieron agradecerle al personal no futbolístico por su esmerado trabajo durante este año, que dejó al equipo de Arne Slot como líder en la Premier League y la Champions League.
Organizaron para ellos una fiesta navideña en la Catedral de Liverpool, consagrada hace un siglo, la más grande de Gran Bretaña, además de ser el quinto santuario anglicano más grande del mundo, sede del obispo de Liverpool y la iglesia madre de la diócesis de la ciudad.
Para la ceremonia del jueves 12 se proyectó en lo alto de las ventanas de la capilla el escudo del club, con lo que el salón principal se tiñó de una luz roja muy ad hoc. Los 500 participantes que festejaban la buena ocurrencia de los directivos y bailaban la música que tocaba una de las bandas contratada para la ocasión, de pronto vieron interrumpida la celebración.
Una emergencia médica de uno de los participantes detonó el alboroto. Cuando el enfermo fue llevado a uno de los baños de la catedral para ser atendido, miembros del club que organizaban la velada encontraron pequeñas bolsas resellables vacías, “que suelen utilizarse como contenedores para sustancias ilegales”, precisó un responsable del club.
Si bien el técnico Slot y sus jugadores habían estado anteriormente en un Hospital de Niños para reunirse con pacientes jóvenes y después no asistieron a la catedral, se optó por evitar cualquier tipo de especulación y terminar de sopetón la fiesta, cuando aún quedaba un buen tiempo para el cierre.
“Agradecemos al equipo de eventos del lugar por su rápida actuación y respuesta profesional ante la emergencia médica. El miembro del personal fue trasladado a un centro médico y se está recuperando bien”, fue la escueta explicación que dieron cuando se preguntó por la interrupción del evento.
La sospecha de que hubo consumo de drogas en los baños fue motivo de reuniones internas al día siguiente. “No toleramos ni aprobamos el uso de sustancias ilegales en ninguno de nuestros sitios o eventos”, dijo un portavoz el club, quien adelantó que la investigación sumaria está en curso.
Santa Claus -o Father Christmas- aún no es llamado a declarar. El obispo de Liverpool, tampoco.