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“Mientras Colo Colo y la U estén jugando Libertadores, van a descuidar el torneo local, ahí Católica puede sacar diferencias”

Luciano Aued, uno de los símbolos del tetracampeonato cruzado, analiza con entusiasmo las posibilidades del club pese a la cuestionado campaña del equipo de Tiago Nunes. Asume que el plantel requiere una mejoría futbolística, aunque considera que jugar lejos de San Carlos ha pegado más de lo presupuestado.

Luciano Aued "Es difícil, después de un proceso tan exitoso, una década de mucho éxito y muchos títulos, gestionar ese éxito", advierte el jugador, que en la foto celebra el tercer título consecutivo de la UC, en 2021. (ANDRES PINA/PHOTOSPORT/ANDRES PINA/PHOTOSPORT)
  • “En todos los años que estuve, San Carlos era mi casa; sabía que el rival la iba a pasar mal, como equipo nos sentíamos muy cómodos y sabía que la gente estaba bien. Perder esa sensación no es fácil. No la encontrás en ninguna otra cancha”.
  • “Cuando llegué a Católica el proceso ya venía con un desgaste y se asomaban cambios, entonces lo que iban a buscar, y me lo dijeron, era alguien con esa personalidad, alguien, como yo les llamo, con cara de culo”.

Luciano Aued (38) fue un referente casi excluyente durante su paso por Universidad Católica. No solo fue la aduana por donde se distribuía el juego en el equipo cruzado, sino que personificó a uno de los principales líderes de los vestuarios que fraguaron la histórica seguidilla de cuatro títulos nacionales.

Reconocido y valorado por la UC, como el propio jugador admite, hoy observa el devenir del club sin perder la tranquilidad y con una dosis de confianza, consciente de que es parte de un proceso institucional que tiene costos y que también puede tener víctimas.

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-¿Qué es de tu vida hoy y qué puede llegar a pasar en junio próximo cuando se abra el mercado para tu carrera?

Estoy en una pausa y veré si en junio se la quito y sigo un poquito más o si tomo otro camino. Hoy estoy con la familia, tranquilo en la casa, en Argentina, después de mucho tiempo, de un lindo recorrido que me tocó por el fútbol. Hoy me parece que la prioridad es que mi hija empiece el primer grado acá, en La Plata, de donde somos nosotros. Que por ahí tenga esa estabilidad que quizás en los últimos años se había perdido un poquito.

-Habrás tenido alguna propuesta, ¿por qué optaste por esperar esta vez?

Sí, propuestas hay, responden a la forma en que siempre me he manejado y a lo que me he cuidado para llegar hasta a esta edad, dentro de todo vigente. Pero la realidad es que esta vez no quería moverme, no quería arrastrar a la familia otra vez. Veníamos de dos años de estar por ahí seis meses en un lado, seis meses en otro. Algo atípico también para mi carrera, porque me ha tocado estar en procesos largos. Y bueno, se dio un poco por eso, mi nena empezaba primer grado y eso también pesa.

-¿Pero eran propuestas interesantes?

Tuve propuestas de afuera, pero no estaba en condiciones de tomarlas, otras de Argentina también implicaba moverme y en algunas, también de acá, sentí que el proyecto no acompañaba. Entonces decidí esperar, seguir entrenando, manteniéndome activo, haciendo un montón de cosas, pero no tomar una decisión porque sí o por seguir jugando, que no me convenzan.

Junto a su familia se llevó de San Carlos de Apoquindo recuerdos imborrables.
Luciano AuedJunto a su familia se llevó de San Carlos de Apoquindo recuerdos imborrables.

-¿Cuánto disfrutas hoy de pequeñas cosas que los futbolistas a veces no pueden hacer por la profesión y cuánto también extrañas de lo otro?

Disfruto muchísimo hoy tener el tiempo para tratar de estar presente, que era difícil cuando estaba en doble o triple competencia. Pasás más concentrado, viajando y arreglándotelas para tratar de aparecer en la casa o algún evento. Ahora estoy todo el tiempo y eso me parece que es bueno, sobre todo porque tengo una nena de cinco meses y no quiero perder esa etapa de crecimiento o esos pequeños detalles o momentos. Y también para estar cerca de mis seres queridos que hace rato que no estaba, porque cuando volví de Chile a Argentina, partí para Santa Fe, después fuimos a Córdoba, entonces no terminaba de estar del todo acá (La Plata). Obviamente que extraño la adrenalina de competir, de entrenar y lo que tiene el fútbol. Necesito esa adrenalina todavía y trato de buscarla en algo, lo que sea, lo que pueda, en lo que me vaya surgiendo. Trato de afrontarlo de esa manera, desde un partido de pádel hasta algún amistoso de fútbol.

Un liderazgo asumido desde el primer día

-En todas las temporadas que tuviste en la Católica, ¿cuál te dejó más satisfecho a título personal y cuál a título colectivo?

Mi proceso en Católica fue de cinco años y medio, y la verdad que fue recontra positivo, recontra exitoso. Me tocó ganar cuatro torneos largos, tres Supercopa, cosa que la UC nunca había hecho. Creo que colectivamente la del 2019 y la del 2020 fueron muy buenas, muy completas. En lo personal, la del 2018 fue la más desafiante porque no teníamos quizás un gran plantel; todo fue mucho más de construcción, de asumir un liderazgo que fue por lo que el club me había venido a contratar, enfrentar un montón de situaciones, sufrir contratiempos, tener discusiones cotidianas para ver hacia dónde iba el club, hacia dónde teníamos que llevarlo. Eso hizo que mi figura quizás en ese momento sobresaliera un poquito más, porque mi carácter, mi forma de ser, me hicieron asumir un liderazgo.

-¿Cuándo llegaste a Católica sabías entonces que tu función no era solo la de un jugador más del plantel?

Cuando me vinieron a buscar, lo primero que me dijeron era que necesitaban esa figura y que veían en mí a alguien que los exigiera. Justo habían pasado de ganar un campeonato a no clasificar a las copas. El proceso ya venía con un desgaste y se asomaban cambios, entonces lo que iban a buscar, y me lo dijeron, era alguien con esa personalidad, alguien, como yo les llamo, con cara de culo. Y bueno, había que asumirlo. Obvio que ese rol generó un desgaste, indefectiblemente; porque yo sé que por ahí el que va al frente y que pone el cuerpo en la batalla, queda con secuelas. Quizás con el tiempo te lo valoran mucho más, pero en el momento se sufre. La familia es la que más sufre, porque te ven en un momento mal por situaciones que vivís en el club y que son duras. A veces las trasladás a tu casa y aunque quedan para la intimidad, no es fácil. Pero bueno, era el papel que tenía que asumir y estar convencido de lo que hacía. También tuve suerte de tener un capitán como el Chapa (José Pedro) Fuenzalida que en ese ida y vuelta ayudaba muchísimo.

El volante argentino saluda a la barra cruzada. Una imagen que se hizo costumbre durante varias temporadas.
Luciano AuedEl volante argentino saluda a la barra cruzada. Una imagen que se hizo costumbre durante varias temporadas.

-¿En qué sentido ayudaba Fuenzalida?

Él tenía una forma más tranquila, un poco más serena, de aportar esa calma y no hacerlo todo en combate, como lo hacía yo. La verdad es que nos combinábamos bien. Teníamos obviamente a otros compañeros que se sumaban, como Matías Dituro, Germán Lanaro, el Sacha Sáez, gente que ayudó en ese proceso, de tratar de estar un poco más en calma. Y si había que ir a fondo, ese rol me tocaba a mí. Creo que a la larga en el club lo terminan valorando, pero obviamente que tiene consecuencias a lo largo de ese proceso.

-Pero por ejemplo, ¿qué pasaba en Católica en el primer entrenamiento tras una derrota? ¿Cómo entrabas al vestuario?

No, no, era un trauma. Era toda la semana de sufrimiento. Compartí con muchos chicos que estaban recién entrando, como Catuto (Raimundo) Rebolledo, Nacho Saavedra, otro chico con el que formé una gran relación, el Pollo (Diego) Valencia, y que después de años me decían: ‘Nosotros veíamos tu cara cuando llegabas y era saber cómo iba a ser el entrenamiento; si sería áspero, sin que pudiéramos boludear ni un segundo, o si podíamos relajarnos un poco’. Yo nunca me di cuenta de eso, la verdad. Me lo fueron diciendo ahora que tienen mucha más confianza.

Jugar lejos de San Carlos

-¿Debe haber algo de agradecimiento también?

Sin duda. Son chicos recontra respetuosos. Siempre he tratado de buscar a los chicos que sean de un perfil de trabajo, de escuchar, de respetar y querer la profesión. Y estos chicos lo tenían, entonces yo me preocupaba mucho de ellos, pero desde cierta distancia o de que vieran que todo estaba bien, pero que había que trabajar; había que ir por un lugar, que no nos podíamos relajar, que se había ganado un torneo y que enseguida había que ir por otro, que el club no se podía dar el lujo de perder un partido y que no pasara nada. Era una permanente repetición de sacar esto adelante, seguir siendo competitivos, que a la larga te genera un prestigio que queda. Y bueno, me parece que sobre todo los más chicos fueron aprendiendo, y que mi rol, como el que también tuvieron otros, fue muy importante para el éxito del proceso.

-¿Sientes que a la actual Universidad Católica le está faltando ese fuego interno?

Primero, era difícil, después de un proceso tan exitoso, una década de mucho éxito y muchos títulos, gestionar ese éxito. Pasa en todos lados y me parece que Católica no fue la excepción. Después, lo otro que se sumó, según lo que hablo con mucha gente querida ahí dentro del club, ha sido jugar fuera de tu estadio. Al club me parece que en estos años le costó porque no ha podido tener una localía fuerte en otra parte. Y después, obviamente, lo que hablaba antes, el cambio de líderes, de gente que le ha tocado ganar y que un poco por la edad por el desgaste se fue. Esos cambios no son fáciles de asumir. Hoy me parece que Católica tiene jugadores, con nombres, con mucho peso y con una experiencia tremenda para sacar esto adelante. Yo no tengo dudas ahora que volvió Gary Medel, que está el Chueco Mena, Fernando Zampedri, jugadores que van a asumir el momento y van a terminar peleando el torneo, porque es lo que le corresponde a Universidad Católica.

"Ahora que volvió Gary Medel, que está el Chueco Mena, Fernando Zampedri... Son jugadores que van a asumir el momento y van a terminar peleando el torneo", dice Aued, en una imagen de la temporada 2022.
Luciano Aued"Ahora que volvió Gary Medel, que está el Chueco Mena, Fernando Zampedri... Son jugadores que van a asumir el momento y van a terminar peleando el torneo", dice Aued, en una imagen de la temporada 2022.

-El hincha está pidiendo la salida de Tiago Nunes, después de la eliminación de Copa Chile. ¿Cuánto más se puede soportar la presión?

Al menos en los años que estuve yo, Católica nunca fue un club de cambiar de técnicos a mitad de temporada, salvo la del 2021, con (Gustavo) Poyet. En todos los años que estuve siempre se sostuvo a los técnicos. El club siempre ha intentado dar esa tranquilidad y me parece que en este caso no creo que sea la excepción. Sí entiendo que los resultados no se le han dado, pero me parece, es mi humilde opinión, que quizás no hay tanto que machacar el error o ver qué se está haciendo mal, sino que mirar para atrás y ver qué le dio resultado al club, qué fue lo bueno que hizo para tener todos esos años consecutivos de buenas campañas y de copas. ¿Se sostuvo un proceso? Bueno, perfecto. ¿Se sostuvo una base de jugadores? Perfecto. ¿Se sostuvo un sistema de juego? Me parece que ahí está el debate y la clave. Porque a la gente no se le puede pedir nada; el hincha de Católica, lo veía yo en Copa Chile, sigue con un impresionante apoyo.

-A ti no te tocó jugar fuera de San Carlos, pero mirado desde afuera ¿se justifica institucionalmente sacrificar al equipo en lo deportivo a cambio de tener un estadio?

Sí, yo estuve en los últimos tres o cuatro meses y me tocó un poco lo del cambio de estadio. Y no es lo mismo. En todos los años que estuve, San Carlos era mi casa, yo lo sentía así; sabía que el rival la iba a pasar mal, como equipo nos sentíamos muy cómodos y sabía que la gente estaba bien. Perder esa sensación no es fácil. No la encontrás en ninguna otra cancha. Creo que a la mayoría de los equipos que salen de su hábitat, les pasa. Sin embargo, me tocó que me invitaran y vi el estadio, cómo está, la magnitud de la construcción, lo que está creciendo el club y lo que le puede llegar a ser para que el hincha se sienta cómodo, para que el equipo se sienta bien y para que se vuelva a retomar la base. Se sabía que iba a tener una consecuencia perder la localía, pero obviamente nadie esperaba que al club le fuera mal. Ojalá que lo terminen pronto y que se puedan retomar las riendas del triunfo, de sentirse tranquilos y en casa. Va a ser un alivio.

“Mirar lo colectivo, no lo individual”

-En la época que jugaste, Católica tenía un plantel superior al de Colo Colo y de la U. ¿Crees que hoy Católica está un escalón por debajo de ambos?

Creo que Católica tiene jugadores de muchísima jerarquía y recorrido, que han estado en lugares de alto nivel y que han ganado cosas importantes. Ponerlo en comparación con los demás es muy difícil, pero siempre me ha parecido que los planteles de los tres grandes son bastante parejos. La U y Colo Colo del 2018 tenían jugadores muy importantes, y el 2019, lo mismo ¿eh? En nuestro caso nos tocó competir y lo hicimos con esa hambre y deseo de llevar al club a lo más alto, y de no mirar para el costado, sino que mirar internamente, colectivamente. Ese punto es trascendental: mirar lo colectivo, no lo individual, no fijarse logros individuales, sino objetivos colectivos, que son los que ayudan al club a crecer y que involucra a todas las partes. Obviamente que también me gustaría que Católica esté en una copa internacional, que es por lo que hemos peleado todos los jugadores en los años en que estuvimos. No estar hoy no es nada lindo. Pero a la vez sabés que mientras Colo Colo y la U estén jugando Copa Libertadores, van a descuidar el torneo local. Me parece que ahí Católica puede sacar una diferencia. Ojalá que lo pueda hacer y esté enfocado en eso.

-Fernando Zampedri ha roto todo tipo de récords en Católica. ¿Imaginaste que podía ser el goleador histórico y que sería llamado a la Selección con una edad bastante avanzada?

Cuando llega un jugador nuevo, uno pregunta. Y la verdad es que siempre los comentarios fueron que era un goleador espectacular y que hacía goles de todo tipo; que dentro del área era un animal, como terminó demostrando. Pero se veía desde los primeros entrenamientos, cuando por ahí hacíamos definiciones, que siempre quería estar ahí, se enojaba por no hacer goles. Todas esas características forman a un 9. Obviamente marcó una época en el fútbol chileno y los números lo avalan como para estar en la Selección hoy. Me pone contento por él, por el tiempo que compartimos que fue muy bueno.

-¿Universidad Católica contrató a Luli Aued por...?

(Piensa) Mi personalidad... Eso de lo de cara de culo se puede mal entender (ríe).

-¿Y cuánto de esa personalidad generó un desgaste para tu salida del club?

Obviamente que generó un desgaste en tantos años. Pero lo que dije anteriormente, después me lo han reconocido y con el tiempo han valorado muchísimo que haya sido así, quizás un tanto duro, difícil, de confrontar y pelear muchísimo para que las condiciones fueran mejores y para que el club creciera y estuviera siempre un pasito más adelante, que el jugador llegara en mejores condiciones al partido... Pero insisto, me lo han agradecido y lo han reconocido, y aunque hubo momentos que los digerí y banqué solo, con el tiempo fue valorado y eso me dio tranquilidad y alivio para poder irme de la mejor manera de Católica.