- “Creo que la U perdió el foco hace unos meses, cuando sucedió que el jefe (Michael Clark) pasó a ser dueño. Se dedicó mucho tiempo a eso y no le dieron bola al mercado de pases”.
- “De local, la U tiene que ser fuerte en la Copa, y de visitante, si hay que meter dos micros al arco para que no te hagan goles, porque los grupos se definen por goles, hay que hacerlo”.
Cristian Traverso (52) conserva un vínculo indisoluble con Universidad de Chile, club al que defendió durante dos temporadas -1995 y 1996- antes de llegar a Boca Juniors, equipo con el que se identifica sin tapujos a la hora de hacer sus comentarios en televisión.
Con los boquenses fuera de torneos internacionales, su atención está puesta en el derrotero de la U y su esperado retorno a Copa Libertadores. Un regreso que comienza este miércoles 2 de abril, ante el actual campeón continental, Botafogo.
-¿Qué explicación tiene de por qué la gente de la U, en tan poco tiempo, le hizo un espacio en su memoria afectiva? Solo estuviste dos temporadas como para que te quieran tanto...
No la tengo. La verdad es que es raro, porque arranqué mal, si bien nunca me lo hicieron sentir, que es una gran diferencia también con lo que sucede en otros lados. Llegué a un equipo campeón, el del ‘94, repetimos el ‘95 y como que tuve ese plus. Fue un desafío importante, porque pasé de un club como Argentinos Juniors a uno que había salido campeón. ¿Y qué hace uno en un equipo campeón? Repite, se duerme, se relaja y qué sé yo... Cambié la forma de jugar que tenía en Argentinos a la fuerza porque no pegaba una... y empecé a pegar todas. Tuve que adaptarme a lo que yo vi que era el club, sacrificio, trabajar, matarse. Y ya después vino el tiempo de poder jugar como uno. Con la U tuve una conexión que hoy sigo teniendo. Le tengo un cariño porque aparte tiene una historia linda. Soy hincha de una historia que va más allá del de la cancha, una historia importante. Ahora tienen su lucha con esto de que vuelva a ser Corfuch y deje de ser esta concesionaria (Azul Azul). Sigo hablando con los de la vieja escuela, me gusta cómo se organizan, las cosas que hacen, cuando he ido al estadio, la gente explota en abrazos. No es muy común que eso suceda en Chile. Tenés a Colo Colo, que yo veo que es más de capital, pero para mí la U es más de país. Y bueno, ahora tienen una linda movida otra vez en Copa Libertadores y pueden mostrar lo que es realmente la U.
-Ya que la sigues de cerca, ¿cuál sería un objetivo razonable para la U en esta Libertadores?
Plantear un objetivo hoy, no sé... Yo creo que la U perdió el foco hace unos meses, cuando sucedió que el jefe (Michael Clark) pasó a ser dueño. Se dedicó mucho tiempo a eso y no le dieron bola al mercado de pases como para traer refuerzos. Era el momento de darle a la U el salto de calidad. También es difícil que la liga chilena adopte estrellas extranjeras o jugadores de importancia. Volvieron Charles Aránguiz y Marcelo Díaz, pero están en su país. Pero es raro que alguien que es un goleador de cualquier mercado vaya a jugar a Chile, por más que juegue Copa Libertadores.

-Entonces no es un problema de la contingencia directiva de la U.
Es que yo creo que se perdió ese tiempo y el salto se tiene que trabajar con mucha anticipación, porque si no después no hay manera. Esta semana hablaba con unos amigos de la U y les decía de que se la tienen que creer en un momento, porque el 2024 la U jugó bien, en un período bajó y después, por poco, perdió el campeonato. El técnico fue cambiando la manera de jugar, hoy está con una línea de tres con dos carrileros, que son más volantes que laterales. Entonces tiene un protagonismo. Lo que yo les decía es que se la tienen que creer porque de local es muy bravo ir a jugar a Chile. A la U de este año le faltaron dos o tres nombres fuertes, no para dar ese salto definitivo como club, pero para competir. En Copa Libertadores si vos te metiste en un buen grupo y pasás, después estás mano a mano con los demás y ya es otra historia.
-Tal vez Colo Colo sí dio ese salto, porque en los últimos dos mercados de pases invirtió. ¿Siente que se nota esa diferencia con la U?
Sí, de hecho la llegada de (Jorge) Almirón también le dio un estilo de juego. No te digo que lo puso contra las cuerdas a River, pero sí lo hizo dudar en un momento. Creo que ésa es la parte donde el fútbol chileno tiene que volver a los años ‘90, de creérsela. Por eso Colo Colo fue campeón de la Libertadores, por eso Católica llegó a una final, por eso nosotros llegamos a semifinales. La U tendría que volver a esa época, especialmente ahora que va a jugar la Copa. Pero no se juega solo con la historia, lo importante es tratar de planificar. La U perdió estos seis meses con tanto barullo por la concesionaria y no dio el salto de calidad.
-Para ti, ¿esta U no tiene jugadores de calidad?
No digo que los chicos que hayan llegado a la U no tengan calidad. Me refiero al otro salto donde vos decís ’ché, yo con estos voy, sé que voy a ganar’. La última vez que la U trajo una figura descollante fue a Leo Rodríguez. Un jugador de esa elite hoy no sería normal, por lo que te dije anteriormente. Claro, los buenos se van a Europa. Pero, salvando las distancias, a la U le faltan jugadores que puedan bancarse ir a jugar con Botafogo, porque va a ser difícil acá y allá, y en La Plata igual. Lo mismo con los venezolanos (Carabobo), no va a ser fácil. Pero también tiene que creérsela, y cuando los equipos vayan a Chile y vean el estadio con 45 mil hinchas, ellos también van a sentirlo. De local, la U tiene que ser fuerte en la Copa, y de visitante, si hay que meter dos micros al arco para que no te hagan goles, porque los grupos se definen por goles, hay que hacerlo, será la manera de jugar, porque ya lo dije: hay que tratar de pasar la fase de grupos, porque después uno nunca sabe...
-¿A priori, crees que la U que está por debajo de Botafogo y de Estudiantes?
Lo que pasa es que nosotros vimos ahora un Botafogo desarmado y a un Estudiantes que tiene altibajos. Ahora, los brasileños cuando van a jugar la Copa, te hacen sentir su peso histórico. De local, la gente de Estudiantes te hace sentir que estás en Copa Libertadores. Cada quien en su casa se tiene que hacer fuerte y después rajar, rajar y tratar de meterse a octavos. Hoy ni la U, ni Estudiantes, ni Botafogo están brillando. Esa es la realidad. Los otros dos corren con más ventaja respecto a la U por la experiencia. Salieron campeones, saben jugar una instancia importante y la U hace tiempo que con estos jugadores no tiene ese roce. Fijate que cuando tuvo que acelerar para ganar el torneo en Chile, no lo hizo.

Un espacio en las comunicaciones
-Hoy eres comentarista de fútbol, pero tu especialidad es el análisis de los equipos. ¿Cómo llegó a esa variante del comentario?
En el canal (TyC Sports) tenemos buenos comentaristas en televisión. Cuando me invitaron a estar, me dije ‘no me voy a sentar todos los días a pelearme con uno que sea de River o tener esos ida y vuelta con otro’. No sentí que fuera lo mío. Propuse que usáramos pantallas y diéramos imágenes de posiciones, jugadas, que le habláramos a los chicos. Porque si bien mostramos muchas veces errores, se trata de jugadores que son profesionales. Pero hay que hablar de fútbol en un lenguaje que no fuera difícil. Porque claro, nosotros lo entendemos, pero si agarrás al técnico de la U, también lo tenés que exprimir así y lo tenés que traducir, porque el común de la gente no entiende la zona, el cajón, la esto o aquello y un montón de cosas nuevas. Tratamos de comentar una imagen y también de darle un toque humorístico al análisis, qué sé yo: ‘Fabra, te mandaste una cagada, no te mandés más una cagada porque te van a sacar’, por ejemplo. Mostrarle a los chicos que si el jugador se equivoca a nivel profesional, cómo no se van a equivocar los más jóvenes. También hacerlo de manera divertida, donde se pueda mostrar algo bueno o diferente y ponerle un poco de música de rock y enlazarla a su historia con letras de canciones...
-¿Y cómo ha sentido la recepción de los otros comentaristas y periodistas?
Siempre les agradezco a todos, porque no es fácil para los conductores darle lugar a los futbolistas, porque está siempre la interpretación de que te quieren para ocupar el lugar de periodista. No somos periodistas. Vemos u opinamos de otro lado, pero no ocupamos el lugar del periodista. Se quiso polemizar en un momento que los exjugadores ocupábamos el lugar como plataforma para ir a trabajar a un club, que a algunos sí les pasó o tuvieron la suerte de que así fuera. Yo no busco eso. Yo estoy contento en el canal, trato de hacer lo mío con cariño y pasión. Hice el curso de entrenador, pero no hago esto para irme a trabajar a un club. El día que no la pase bien, no me vas a ver más en pantalla. Y el día que me digan esto no lo podés hacer no más, ya sabré dónde tengo que irme. Ahora se viene la Libertadores, mucho de River y de Racing, más lo que les toque jugar a otros en Sudamericana. Bueno, un año difícil va a ser para mí que soy de Boca, pero ahí estamos.
-El otro día entrevistamos a Marcelo Espina, que también siguió estos pasos de comentarista. ¿Algún recuerdo en especial con él?
Mirá, con respecto a Marcelo Espina, somos opuestos: él es colocolino, yo de la U; él es de Platense, yo de Argentinos Juniors. Más contra no podemos ser. Tengo dos comentarios. Primero, cuando nos hizo el gol con Colo Colo y levantó el banderín del corner para celebrar, que quedó como un festejo inmaculado, es una imagen que todavía me duele. Segundo, para mí es el que mejor ve y explica el fútbol durante los partidos, porque no es fácil hacerlo en las transmisiones. Tiene buenos tiempos, se mete, sale, entra, sale, conoce mucho, se nota que ve mucho fútbol, no le erra a los jugadores. Lo hace perfecto. Hoy está un escalón por encima del resto. Mirá que a mí (Diego) Latorre me gusta, pero yo creo que Marcelo le dio otra rosca.