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“Las esperanzas de clasificación al Mundial son mínimas, independiente de las matemáticas”

Gustavo Huerta apunta que la Selección sigue con un problema que se ha hecho crónico: el escasísimo peso ofensivo. Sostiene que con la Roja hay mucha confusión, y pone como ejemplo la persistente convocatoria de jugadores de la Generación Dorada.

Gustavo Huerta El entrenador de Cobresal le ve casi nulas opciones a la Selección de llegar a la próxima Copa del Mundo. (ANDRES PINA/PHOTOSPORT/ANDRES PINA/PHOTOSPORT)

-¿Que le pareció el rendimiento de la Selección ante Paraguay?

Algo ya repetido en cuanto a la poca contundencia ofensiva que tiene el equipo. Esa situación va marcando los partidos de la Selección, porque si bien ante Paraguay se tuvo bastante el balón y ellos se replegaron bastante cuando aún iban empatando, Chile mostró muy poco peso ofensivo, que ha sido nuestro gran déficit. Y también volvimos a sufrir nuestro eterno problema con Paraguay, el juego aéreo. Las esperanzas de clasificación al Mundial son mínimas, independiente de las matemáticas. Saber llegar al arco contrario ha sido un problema constante, que se volvió a manifestar en Asunción.

-¿Cómo ve el futuro de la Selección?

Con mucha preocupación por la posición en que estamos. Creo que hay mucha confusión de todos lados, porque teniendo buenos jugadores, jugando a un buen nivel, no hubo resultados. Todavía seguimos dependiendo de lo que llamamos la ‘Generación Dorada’, que a todos sus jugadores les tenemos un agradecimiento enorme. Pero no sé si están todavía a un nivel de alta competición, como para ser la base de la Selección. Hay poca claridad en ese aspecto, por la presión que existe desde afuera. Y con ellos fueron dos clasificaciones que perdimos para ir a los Mundiales.

-¿Y qué análisis hace en el plano local del Campeonato Nacional, con más de tres meses sin competencia?

Yo creo que es el gran problema que tiene nuestra organización futbolística a nivel nacional. Yo no sé si hay otro país donde se esté tanto tiempo sin jugar. Es una falencia bastante grande en nuestra dirigencia. No es necesario que a lo mejor el dirigente sepa de fútbol, pero sí que se asesore bien, que tenga gente alrededor que sea focalizada. Y bueno, ya sabemos cómo se están manejando los Consejos de Presidentes, sobre todo. La información que uno tiene es que, lamentablemente, los manejos no son positivos para el futuro de nuestro fútbol.

-¿Le gusta la regla del Sub 21?

No, no me gusta ninguna regla que obligue a poner un jugador si es mayor o menor de edad. Yo creo que el jugador si es bueno a los 18 o a los 16 años, como me ha pasado, va a jugar. No sé, doy el ejemplo de (Erick) Pulgar en Antofagasta, a quien lo hice debutar a los 16 años porque lo veía bien, jugando con una personalidad en la cancha que no tenía nada que envidiarle a ningún jugador experimentado. Y no jugó por una regla. Pero tampoco se puede limitar con una regla que en alguna división no haya jugadores mayores de cierta edad. El jugador hoy, con los nutricionistas que están en los clubes, que saben cómo se tienen que alimentar, van a durar más. En mi época, a los 30 años ya era un veterano. Entonces eso hace que el jugador hoy que con 37, 38 o incluso 40 años, si se ha cuidado y ha tenido una carrera realmente profesional, puede jugar sin problemas. Pero no se puede estar limitando por la edad a alguien para que pueda seguir jugando u obligando a que un club tenga que poner a un chico, que a lo mejor tampoco está bien preparado. Hay que ver cómo llega el jugador al primer equipo. Lo que noto es que en cadetes se prepara al jugador para el partido el fin de semana y no forman al jugador en función de lo que va a suceder después, en un primer equipo en Primera división. Entonces llega con una falencia técnica y táctica muy grande, y también física, con un porcentaje de grasa altísimo. Yo he optado acá en el club por traer jugadores de 16 o 17 años al primer equipo, para que a los 19 sea competitivo y no como sucedía antes, que llegaban aquí al término de la de la juvenil con 20 años, y a los 22 o 23 años algunos ni siquiera debutaban.