- “Yo también hago una autocrítica: creo que me manejé mal. Me aislé mucho, me encerré. Me clavé muchos puñales, en el sentido de que me culpé bastante por lo que había pasado”.
- “Hay técnicos que no tuvieron la suerte de ganar lo que yo pude ganar y los tienen allá arriba, y a otros que tuvimos la suerte de obtener un título o varios títulos, como me pasó a mí en Católica, no nos consideran”.
Cristián Paulucci (52) hace un paréntesis en su rol de entrenador de Sport Boys para retroceder en el tiempo. Para repasar la época cuando se hizo de un nombre en Universidad Católica, primero como ayudante técnico de varios DT, y luego para asumir en propiedad y cumplir una campaña extraordinaria que culminó en una vuelta olímpica.
Sin embargo, una historia que en 2021 se escribió con letras doradas, a la siguiente temporada se truncó inexplicablemente. Paulucci confiesa que esos meses del 2022 han pasado por su cabeza miles de veces, y que ahora siente que puede verbalizar lo que experimentó en ese período, sin que el dolor lo embargue.
-Ha hablado solo un par de veces, y no muy largamente, desde que se fue de Universidad Católica. ¿Por qué mantenerse alejado de las entrevistas con medios nacionales sobre el paso por Chile?
Di una entrevista hace un tiempo, pero sinceramente, en su momento decidí no hablar más de lo necesario. Había muchas heridas que tenían que cicatrizar. Como soy de un pueblo chico y mantengo los códigos, decidí callarme la boca y no molestar a nadie. Tampoco soy una persona que anda pidiendo que me hagan entrevistas ni nada, me mantengo al margen.
-Es sorprendente que habiendo salido campeón con Católica no asumieras en algún otro club de Chile. ¿Tuviste oportunidades y, si no, por qué crees que no las hubo?
Hubo, pero no tantas; apenas salí de Católica tuve posibilidades de ir a Arabia Saudita. Me llamaron de algunos clubes grandes de Bolivia, del mismo Perú, pero al final no se dio nada. Yo también hago una autocrítica: creo que me manejé mal. Me aislé mucho, me encerré. Me clavé muchos puñales, en el sentido de que me culpé bastante por lo que había pasado. Y bueno, también no me manejé bien con los representantes, porque en realidad necesitaba de ellos. Más allá de que tengo muchos amigos, sin representante no es fácil. Cuando no tenés algo firmado con alguien que se dedique a vos, pasa la cuenta. Todo el mundo me dice que era un buen producto, pero muy mal manejado, muy mal vendido y eso es una realidad. Después de salir de Católica, sin desmerecer, si hubiese estado bien manejado podría haber tomado clubes. Posibilidades no en un grande, pero sí en Chile, hasta en la B de Chile o de Argentina. Y, sin embargo, no tuve, más allá de algunas cosas que sonaban o que me llamaron. Recuerdo que me llamó (Rosario) Central en la época que llegó Carlitos Tévez. Estaba entre Vitamina Sánchez y yo, según decían, pero apareció Carlos y se borró todo de un plumazo.
-¿Sientes que sigue siendo un déficit tuyo lo del representante?
No ahora. Conocí a gente que me está manejando. Y bueno, en un mes me consiguieron más clubes que en dos o tres años. Esa es la realidad. A Perú llegué por intermedio de ellos y estoy muy feliz por la posibilidad que me dieron en Sport Boys. Por eso siento que me manejé mal en ese aspecto.
-¿Por qué su salida de Católica terminó en culpa y auto aislamiento?
Es dolor, en definitiva. A mí la Católica me abrió las puertas fines del 2011, principios del 2012. Yo trabajaba en la sexta de Belgrano y el Tati Buljubasich me llevó para allá. Tati era gerente deportivo y me llamó para armar una oficina técnica. Me vine para dar una mano en eso, que no era lo que me gustaba, pero sabía que podía tener un futuro en Chile. Y bueno, el recorrido fue largo. Anduve por todos lados y haciendo un poco de todo. Me costó muchísimo. Después de diez años, Católica me dio la posibilidad de ser primer entrenador, pero antes fui asistente de grandes entrenadores como los que tuve la suerte de haber conocido. Y en 2021 pasó lo que pasó.
-¿Qué se te viene a la cabeza de esa época?
No sé, estaba dolido más que nada por no haber podido ayudar en ese período del 2022, que fue un año pésimo. Después de haber tenido casi un 90 por ciento de porcentaje de rendimiento en 2021, en el 2022 perdimos tres o cuatro partidos y yo, por mi falta de experiencia, me desesperé, porque nunca había vivido eso. El ser humano es así. Yo tenía mucha experiencia en otras situaciones, pero ninguna en una mala racha como técnico a la cabeza de un club grande. Y medio que me desesperé, sobre todo porque veníamos de años de ser primeros en la tabla. Me acordaba en ese momento del campeonato pasado ganando todo, y parecía que se venía el mundo abajo por perder tres partidos. Yo me acuerdo que los chicos, claro, me decían ‘estás loco, tranquilo, no te vayas’. Pero llegué a un consenso con el presidente (Juan Tagle), porque sentía que él también estaba afectado, que a lo mejor con mi salida todo iba a poder mejorar. Y no mejoró.

-¿Con el paso del tiempo, claramente fue un error haberte apresurado y renunciar?
Fue así, porque en realidad llegamos a un arreglo que yo propuse, porque creía que le podía hacer bien al club. Como todavía estábamos en abril, había tiempo de buscar soluciones y pelear otra vez el campeonato. Católica me había dado tanto que en realidad no le quería fallar. Creo que fui honesto con ellos, y hoy mantengo las amistades dentro del club por haber sido la misma persona que cuando llegué: el chico de pueblo.
-¿Católica no insistió en retenerte en este momento?
Sí, por supuesto, porque tienen que pasar cosas muy graves para que Católica, un club serio, te eche. No es un club que saca entrenadores por sacar. Se maneja muy bien. En su momento estábamos bárbaro, pero como les sucede a todos, cuando llega el éxito tan seguido, uno se acostumbra. Católica generalmente ganaba, si mal no recuerdo, un campeonato cada ocho años. En esa década ganamos tantos campeonatos, creo que en total fueron 12, que cuando empezamos a perder yo sentí que se derrumbaba todo. Ahora, con el paso del tiempo, claro que debí haberme quedado para revertir las cosas.
-¿Pero sinceramente cree que lo hubieras podido revertir? Porque la realidad es que Católica ha ido bajando sus rendimientos y desde 2021 que no ha vuelto a ser campeón.
Es que no sé, pero si me hubiese gustado quedarme para pelearla. Mi vida ha sido una pelea, vengo de muy abajo, de un pueblito que se llama Noetinger, en Córdoba, y llegué adonde llegué porque soy una persona que se sacrificó, que se preparó, que no se apuró. Sigo teniendo los mismos amigos y sigo teniendo los mismos códigos... Te vuelvo a decir, fue un dolor muy grande porque sentí que no pude ser la persona que siempre en su vida había peleado por todo y que en ese momento lo había dejado de hacer por este club que me había dado todo. Cuando decidí irme, pensé que con un cambio podríamos mejorar y seguir peleando el campeonato. Pasaron los meses, y bueno, me di cuenta que el equipo no mejoró, y yo estando del otro lado decía pero yo podía hacer las cosas mejor de lo que se estaba haciendo. Ese fue el dolor.
“Seguí viviendo a tres cuadras del estadio de San Carlos”
-Veamos lo positivo, fue una etapa de crecimiento, de madurez técnica fuera de la cancha, si se quiere. ¿Qué hizo después de dejar Católica?
Vivía a tres cuadras del estadio San Carlos de Apoquindo. Entonces nada, era todo más difícil, porque me cruzaba con la gente de Católica, que me quiere y respeta mucho. Vivía al lado de la casa de Tati, que es mi amigo, me cruzaba continuamente con la gente a la que yo quiero mucho y que estaba trabajando en el club. Entonces era más doloroso todo eso. Me debí haber ido a otro lado, pero nada, pasó el tiempo y seguí trabajando con mi staff. Empezamos a ver mucho a la Liga Mexicana, porque no es que estuviera en mi casa sin hacer nada, al contrario, veía seis partidos diarios. Tenía dos chicos que me cortaban videos y analizábamos todo. Me metí mucho con la Liga de México, porque en ese momento un grupo de gente me quería llevar para allá. Creo que mi metodología encaja mucho en la liga chilena y también en la mexicana. Me dediqué mucho tiempo a eso, estaba contento, en el sentido que estaba enfocado en lo que venía.
-¿Qué hablaba con la gente de su staff?
Lo hablamos con mi cuerpo técnico, con Emiliano Fleitas, un profe con una trayectoria bárbara y que me advirtió que estos errores no los podía volver a cometer, que no me podía volver a apurar en salir. Desde la parte física vimos que teníamos que mejorar, porque es la única forma de seguir avanzando y crecer. Sumamos gente al cuerpo técnico que viniera con conocimientos nuevos, para hacer un cuerpo técnico potente como el que tenemos hoy. Por ejemplo, hace poco trajimos a Felipe Gutiérrez, a quien tuve el placer de dirigir en Católica y que es un chico muy preparado, al que le va a ir muy bien, y que nos está aportando muchísimo.

-Luego de estos años, ¿crees que tu paso por Católica cobra más valor, sobre todo por lo que pasó después?
Bueno, toma mucho más valor cuando pasa el tiempo y no se logra un nuevo título. Es lógico. Yo nunca me sentí menospreciado por el hincha de Católica, en cualquier caso.
-¿Y la prensa deportiva cree que lo ha valorado?
No me quiero meter en ese tema. La prensa no me hizo daño. Nunca me he sentido víctima ni me voy a poner en esa posición. Hay un sector que no valoró mucho mi trabajo, pero yo comencé a los 31 años a trabajar y tengo hoy 52 años. Tengo 21 años de trayectoria, he pasado por todos los cargos en un club, fui ayudante de campo de Luis Marcoleta en San Marcos de Arica, donde obtuvimos el título y ascendimos a Primera División. Hay ciertas personas que dijeron que yo había llegado en el 2021, pero es porque no conocían mi carrera. Yo me preparé mucho tiempo y por ahí cuando no se aplican los mismos juicios con otros entrenadores, molesta un poco, pero entiendo que sea así. Hay técnicos que no tuvieron la suerte de ganar lo que yo pude ganar y los tienen allá arriba, y a otros que tuvimos la suerte de obtener un título o varios títulos, como me pasó a mí en Católica, no nos consideran. Pero bueno, este es el trabajo que elegí, no hay que renegar de esas cosas y estar también feliz con lo que no se pudo conseguir.
-Católica hoy vive una etapa de transición con la construcción del estadio. Los hinchas están privados de esos campeonatos de hace algunos años. ¿Cómo la ves hoy, muy lejos de Colo Colo y Universidad de Chile?
Colo Colo y la U han armado dos planteles muy, muy potentes. El tema de perder la localía en San Carlos de Apoquindo ha pegado fuerte. Salir a Santa Laura, a Concepción, impacta. Se lo escuché el otro día al entrenador (Tiago Nunes), un muy buen entrenador, que no se sienten cómodo. Ese sentido de pertenencia que teníamos antes en San Carlos, es un factor que pesa. Cuando se está haciendo un estadio, una preciosura de estadio, se corren estos riesgos. Pero ha vuelto Gary (Medel), ahora (Diego) Valencia. Creo que Católica incorporó buenos nombres en este mercado y también hay que ver que los otros dos están muy fuertes. Pienso que va a ser un torneo muy lindo.
-¿Qué tanto pueden pesar figuras como la de Gary Medel o incorporaciones como la de Valencia, dos hombres formados en Católica?
-A Gary lo conocí de paso, cuando yo llegué ya estaba en el club pero después él se fue. Medel es un ganador, un guerrero, un tipo que le va a dar mucha personalidad y fútbol. Creo que va a ser un gran aporte. A Diego lo adoro. Nosotros lo hicimos extremo, lo hicimos hacer 13, 14 goles y yo creo que gracias a ese año, él fue vendido. Es un chico divino, un jugador entrenable, como le llamo yo, con capacidades físicas, muy buena técnica. Como no podía jugar porque tenía delante a Fer (Zampredri), que es un animal de gol, tuvimos que inventarlo por fuera y gracias a Dios le fue muy bien. Si Diego se engancha, creo que puede volver a salir a Europa. Me acuerdo también lo que pasó con (Nicolás) Castillo, que vino y fue goleador. A veces pasan estas cosas en el fútbol, pero él tiene la capacidad y el físico. Hay chicos muy capaces en Católica, que si hacen bien las cosas, el equipo va a funcionar. Vuelvo a reiterar, creo que tienen un gran entrenador y muy buena gente en todas las áreas.
“De los equipos tetracampeones, el de 2021 fue el que mejor jugó”
-¿Todavía das material para que se mantenga el apodo de ‘Pelado termo’?
-Yo no sabía lo que quería decir, viste. En Argentina el termo es otra cosa, ¿no? Hasta que un día pregunté y me dijeron ‘no, porque como vos sos calentón, como que te ven siempre sacado’. Yo me acuerdo que siendo ayudante de campo de Gustavo Poyet, me parece que me agarré por ahí con Colo Colo, en la final que le ganamos a Colo Colo por la Supercopa. Me había agarrado con el uruguayo (Falcón), no sé qué le había dicho y nada. Y quedó eso. Pero no me molestaba para nada, porque en realidad yo llevaba mucho más años que Gustavo viviendo en Chile. Y entendía un poco más el humor o las bromas que hacían en las redes sociales. Si vos te fijás en las redes sociales, a mí me escribían de todo y era todavía un ‘pelado no sé cuánto’, ‘pelado lo otro’, pero nada... A mí, de chiquito me decían Chimi en mi pueblito de Córdoba. ¿Por qué Chimi? Porque mi papá tenía la concesión del club San Carlos, que es el club donde yo nací y que me formó como persona junto con Rosario Central, donde jugué ocho años en inferiores. Mi viejo tenía la casa dentro del club San Carlos, y yo me crié adentro del club y estaba siempre en todos los asados. Había un asado en el pueblo, porque allá se come asado todos los días, asado del fútbol, asado del voley y asado del básquet, y yo estaba en todas. Entonces me pusieron ‘chimichurri’, y después me lo pusieron en chiquito, viste, ‘Chimi’ me dicen allá. Ese me gusta más que ‘Pelado termo’.

-¿Qué explicación tiene de cuando fue ayudante de Gustavo Poyet y el equipo no anduvo, y de cuando se va el uruguayo, toma el equipo y mágicamente empieza a ganar?
Lo he pensado muchas veces. Fue una pena, primero, porque a Gustavo lo quiero mucho. Es un amigo que me dio el fútbol. Yo tengo un cariño muy grande por el pueblo uruguayo porque jugué en Racing de Montevideo. Gustavo es un tipo excepcional que había dirigido el Betis, en la Liga francesa, en la Premier League, y ahora hace poquito la Selección de Grecia. A veces pasa que el grupo no te entiende o no tenés la metodología o la idea de juego que el grupo necesita. Veníamos de Ariel (Holan) que era muy muy distinto a Gustavo, y yo sentía que al grupo le asentaba mucho mejor la metodología de Ariel para entrenar. Se parecía a las ideas que aplicaba yo con los chicos de Belgrano en Córdoba, entonces la adapté y tomé cosas. Cuando Gustavo se va, vuelvo a lo mío, tuvimos un parate de diez días, y fuimos preparando el partido ya con otros ejercicios con los que queríamos ver contentos a los jugadores. Ya de por sí cuando se va un entrenador se descomprime un poquito la cosa. Pasó eso y nada, empezamos a ganar el partido, ganamos el segundo, el tercero. Nos confirmaron, ganamos el cuarto, el quinto... hasta que Gustavo Quinteros con Colo Colo nos gana, en el séptimo partido me parece.
-¿Crees que es una situación que se pudiera repetir?
Soy muy agradecido de esos chicos, de ese plantel. Un plantel serio, hiper ganador. Lanaro, Aued, Huerta, Zampedri... no sé si voy a poder tener el placer de dirigir a grandísimos futbolistas y tan ganadores. Después de 20 partidos, habíamos perdido solo contra Colo Colo. Teníamos unos números extraordinarios. Sin dejar de reconocer lo que hizo el propio Quinteros en Católica, que fue buenísimo porque cinco fechas antes del final habíamos salido campeones, más allá que nos agarró la pandemia y se cortó el torneo, pienso que de los cuatro campeonatos seguidos de la Católica, el equipo del 2021 fue el que mejor jugó al fútbol, de eso no tengo duda. Fuimos muy contundentes, hicimos un muy buen fútbol, fuimos al frente. Colo Colo nos ganó bien esa vez, pero nos pasó la cuenta que habíamos jugado cuatro días antes con Wanderers, donde expulsaron a Lanaro y a Zampedri, y jugar con nueve hombres casi todo el segundo tiempo nos mató. En el Monumental, nos ganaron con un gol de Parraguez sobre la hora, pero el primer tiempo habíamos sido superiores.
-¿Cómo analiza el paso que estás teniendo por Sport Boys de Perú?
Llegamos el año pasado, con el equipo con mucho riesgo de descender. Había un plantel muy mal conformado, jugadores no entrenables, como digo yo. Nos quedaban cuatro partidos, nos la jugamos porque necesitábamos trabajar, meternos en el medio; uno sabe cómo es este tema, y bueno, vinimos, hicimos lo que pudimos, salvamos la categoría, pero raspando. Para este año nos dieron las herramientas para continuar, nos prometieron que podríamos cambiar casi toda la plantilla y eso sucedió durante el mes de noviembre. Nos dedicamos a armar todo y dejamos solo a seis de los 36 jugadores que había. Incorporamos a más de 20 nuevos y armamos un plantel como yo quería, en la medida de lo que se pudo, viste. Estamos cómodos y tuvimos una muy buena pretemporada. Tengo un gran staff, un gran plantel y buenos dirigentes, hemos comenzado el campeonato de muy buena manera, más allá de que perdimos con Sporting Cristal en la segunda fecha.

-¿Volver a dirigir Católica en algún momento es un objetivo, verdad?
Católica es mi casa futbolística, junto a Rosario Central que me formó y que también es otro club que me gustaría dirigir.
-¿Qué otro equipo chileno te llama la atención como para dirigir?
No me cierro a nada. Yo siempre fui muy respetuoso con todos los clubes. Estoy abierto a cualquiera. En su momento me atraía mucho Huachipato; soy amigo de los dueños, ellos también fueron muy importantes en mi carrera. Me hubiese gustado dirigir a ese Huachipato también, pero bueno, vino Gustavo Álvarez, otro grandísimo entrenador, una persona muy seria. Hoy en día los tres grandes se están armando bien y tienen grandes técnicos. Va a ser un campeonato muy competitivo. Dejémoslo así.