Joaquín Álvarez, sindicado por los especialistas como la gran carta de la gimnasia chilena de cara al futuro -algunos lo apodan, incluso, “el nuevo Tomás González”-, no olvidará jamás el pasado jueves 20 de marzo.
Aquel día parecía igual a cualquier otro: entrenamiento de rutina que se completó sin ningún tipo de inconveniente, hasta llegar a las anillas... Allí, la cosa cambió.
“Venía dedicándole muchas horas a una salida que estaba practicando, y en un intento tuve una mala recepción”, le cuenta Álvarez a En Cancha Prime, antes de relatar su -no crudo, crudísimo- diagnóstico. “Corte de ligamento cruzado anterior, rotura de meniscos y desgarro del sóleo. Mi primera lesión grave”, dice.
¿Tiempo de recuperación? “Ponle 6 o 7 meses para recién volver a entrenar al nivel que estaba, pero para competir, fácil un año”, relata. Sí, adiós 2025.
“Se me vino el mundo encima. Me dieron ganas de retroceder el tiempo y evitar que pasara, o que fuera un sueño y que en cualquier momento despertara”, cuenta el oriundo de Quilpué, hoy de 21 años, y que empezó a practicar la gimnasia cuando acompañó a una compañera a un taller cuando estaba en sexto básico.
“Cuando toqué el suelo y mi rodilla se salió, supe de inmediato que era grave. De hecho, me quedé tirado sin saber qué hacer, solo recibiendo instrucciones. Literalmente sentí que mi pierna se separó del resto de mi cuerpo, más allá de que después volvió a su lugar. Pero más que el dolor, es la sensación mental que te genera el revivir ese momento una y otra vez en cada paso que das. Como que sientes que te va a pasar de nuevo”, relata.
Y añade: “Una de mis principales preocupaciones es cómo rayos voy a volver a practicar esa salida de nuevo, sabiendo que me puede pasar otra vez. Pero, bueno, de eso se trata este tiempo libre, de preparar la mente también. Mi familia me dice que es una instancia para volver más fuerte que antes. Quiero creer eso”.

Esperando la operación
Álvarez, que hizo ruido en la escena chilena e internacional al lograr que el Código de Gimnasia inscribiera con su apellido una salida nunca antes ejecutada -doble mortal desde la punta de la barra paralela hacia afuera con el cuerpo extendido, logrado en el Mundial de El Cairo 2024-, sigue aguardando por su cirugía, la cual ya tiene fecha de realización: este 22 de abril.
“Dependía mucho de cómo evolucionara mi rodilla. Todas las semanas me estuvieron evaluando, y los médicos me decían que debido a que seguía muy inflamada, era complejo operar inmediatamente”, detalla.
Eso sí, para que su mente ya no piense más en lo negativo, tachó desde ya las competencias importantes de este año: Panamericano Adulto de Gimnasia de Panamá, Mundial de Indonesia, Copas del Mundo en Francia y Hungría, y hasta un Sudamericano cerca de fin de año en Chile, que todavía está en veremos, pero que de todos modos decidió descartar. La meta, dice, es volver con todo en marzo de 2026.
“Lo mejor que puedo hacer es escuchar experiencias externas. Primera vez que me pasa algo así de grave. Me voy a preocupar de no apurarme y luego de volver más fuerte que antes. Hay que tener paciencia. El objetivo principal no ha cambiado, que es llegar con todo a Los Angeles 2028. Lo mejor que tengo que hacer es conservar la calma”, apunta.
Por suerte, su mente estará ocupada. El joven gimnasta es, además, estudiante de Ingeniería Forestal de la Universidad Católica y, pese a haber tomado solo un ramo para este semestre, cuenta que tuvo suerte: “Había un segundo ramo que iba a botar, pero no alcancé, y ahora tengo dos, y más encima la unidad académica me permitió agregar un tercero, as que estaré enfocado en los estudios y no tendré tiempo para pensar en tonteras o darle vueltas a lo que me pasó”.
“Ya no entrenaré 8 horas al día, obviamente, solo 2, para hacer algo de tren superior. Trato de mantener una rutina más o menos normal. Por suerte las muletas las uso solo para caminar largas distancias, pero en las cortas, aunque algo cojeo, las puedo realizar sin problema”, cierra.
Por suerte, la Beca Proddar que sostiene en gran parte la promisoria carrera de Álvarez tiene una vigencia de dos años desde que la obtuvo, es decir, seguirá intacta hasta mayo de 2026. Además, de seguir los pasos de forma correcta, el seguro asociado cubrirá el 100% de los costos de su operación. Al menos, algo bueno dentro de lo malo.