En sus siete ediciones, el Astara Chile Classic presentado por Scotiabank ha visto pasar por sus fairways y greens (y también roughs) a destacados golfistas. Claro, muchos de ellos lo hicieron antes de atesorar títulos en el PGA Tour, fama y fortuna. Como parte del Korn Ferry Tour, la parada chilena del circuito de proyección de la principal categoría del golf mundial es un destino exótico dentro las fechas que en un 85 por ciento se disputan en Norteamérica.
Justin Thomas, Tony Finau, Adam Hadwin estuvieron jugando en la cancha del Prince of Wales Country Club. La mayoría no pasó el corte. También estuvo el colombiano Camilo Villegas, en el camino de vuelta hacia el estrellato en 2023. Finalizó en el T25, pero lo hizo evidenciando su categoría. Incluso Joaquín Niemann tuvo una figuración, aunque nunca disputó el torneo porque su meteórico salto al PGA Tour se lo impidió reglamentariamente.
Pese a estar “sobrecalificado” para el Astara Chile Classic, la competencia deportiva que más dinero ha repartido en la historia de Chile con una bolsa de un millón de dólares, JoaKing marcó un hito a los 13 años, muchos antes de que llegara a convertirse en el mayor representantes histórico del golf chileno.
El niño que quería llevar el score
El 2013 se disputó la segunda edición del Astara Chile Classic. Con la buena experiencia del primer año, a los voluntarios ya no había que salir a buscarlos, sino que llegaban solos y sobrepasaban la oferta de cupos. Dentro de ellos había uno muy especial, que llamaba la atención por su porte y por lo perseverante.
Se trataba de Joaquín Niemann, quien tenía 13 años. Si bien era un promisorio jugador de golf infantil del que todos hablaban, seguía siendo un niño. “El reglamento del PGA Tour no permite que los niños sean voluntarios y establece un mínimo de 18 años”, puntualiza el director del torneo, Alejandro Peric. Lo que viene a continuación explica en parte por qué Niemann se convirtió en uno de los mejores golfistas del mundo.
“Llegó a la oficina a insistirnos que quería ser voluntario. Le explicamos amablemente que no podíamos correr el riesgo que se aburriera y dejara su labor botada el primer día. Nos prometió que cumpliría hasta el final”, detalla Peric, quien desclasifica una conversación que fue clave en la historia. “Insistió tanto, que vinieron unos funcionarios del PGA Tour a explicarle que no se podía. Fue ahí cuando Joaquín nos dijo: ‘Quiero ser voluntario porque quiero llevar el score’. Los gringos se miraron entre sí y le preguntaron por qué. Y respondió: ‘Porque cuando yo juegue este torneo, quiero que un chileno me lleve el score también’. Los encargados quedaron asombrados y le aceptaron la solicitud.
Como si fuera un presagio del destino, Niemann cargó el tablero marcador en las salidas de su compatriota Benjamín Alvarado. Ambos jugaban en el Club de Polo y se conocían de toda la vida. Alvarado finalizó cuarto y con ese registro logró un special exemption para el torneo de la semana siguiente, que se disputaba en Sao Paulo. Viajó a Brasil y sorpresivamente ganó el campeonato. Con ellos consiguió la tarjeta del PGA Tour, la primera de un chileno en la historia.
Lanzamiento desde las alturas
La llegada del Astara Chile Classic en 2012 se produjo en parte por el apoyo de Turismo Chile, la oficina gubernamental encargada de difundir a nuestro país como un destino atractivo en el resto del mundo. Si bien los lugares que funcionan como embajadores del país en otras latitudes son San Pedro de Atacama, las Torres del Paine y Rapa Nui, los organizadores pensaron en una forma de generar promoción en un Santiago que recién comienza a ajetrearse en los inicios de marzo.
El evento de lanzamiento se registró en la azotea de la Torre Titanium, en Las Condes. Allí se instalaron alfombras verdes apuntando hacia la cordillera de Los Andes donde un grupo de golfistas iban a dar simbólicamente los golpes de salida.
Si bien los fairways del Club Los Leones estaban a la vista, nadie tenía el brazo para llegar hasta allá. Y cualquier transeúnte podía ser impactado por una “pelota loca”. Las bolas se reemplazaron por unas que se convertían en polvo al golpearlas.
La idea funcionó de maravillas, las fotos fueron un éxito pese a que la majestuosa cordillera de fondo no estaba nevada, y la experiencia se repitió al año siguiente. Para 2013 lo hicieron desde la azotea del edificio corporativo de la compañía de telecomunicaciones que fue uno de los auspiciadores principales. Todo volvió a funcionar perfectamente y quedaron muchas postales del evento.
Para la versión de 2015 se volvió a hacer un lanzamiento, pero esta vez fue a nivel de suelo y con un lugar emblemático como fondo: el Palacio de la Moneda. Fueron los jardines de la Plaza de la Ciudadanía el espacio donde los golfistas aplicaron el drive sobre las pelotas que se desintegraban.
Las estrellas que no pasaron el corte
Figuras rutilantes del PGA Tour estuvieron en Santiago para jugar el Astara Chile Classic, pero pasaron sin pena ni gloria antes de que fueran ricos y famosos.
El surcoreano Si Woo Kim suma cuatro títulos del PGA Tour, donde destaca el millonario torneo The Players Championships de 2017. Llegó a estar en el lugar 28 del ranking mundial y desde que está en la máxima categoría (2015) suma ingresos por premios por más de 27 millones de dólares.
Si Woo Kim estuvo jugando en el Astara Chile Classic y no una, sino que dos veces. Vino a competir en las ediciones de 2014 y 2015, que se disputaron en el Country Club y en el Club de Golf de Mapocho, respectivamente. En ambas oportunidades no logró superar el corte y sólo compitió hasta la jornada del viernes.
Otro que corrió una suerte similar fue Abraham Ancer, quien no pudo completar los cuatro días de competencia en ambas ediciones. El mexicano llegó a ocupar el undécimo lugar en el ranking mundial. Suma más de 15 millones de dólares en ganancias, cuenta en su palmarés con un título en el PGA Tour y otro en la LIV Golf, la millonaria competencia donde actualmente participa junto con Joaquín Niemann y Mito Pereira.
Otro golfista relevante que estuvo en Chile, sin un gran éxito, fue el estadounidense Tony Finau. El ganador de seis títulos en el PGA Tour, participante en la Copa Ryder y actual 27° del mundo, ha recaudado más de 50 millones de dólares solo en premios.
Justin Thomas y su solidaria madre
Justin Thomas es una de las grandes figuras del golf mundial. Fue ganador de dos Majors, los PGA Championships de 2017 y 2021, además de ser el monarca de la Copa FedEx e imagen de la portada del videojuego “PGA TOUR 2K21”. Actualmente es el noveno mejor golfista del planeta y suma más de 60 millones de dólares en premios.
Hijo y nieto de ex campeones del antiguo PGA, vino en el 2014 al Astara Chile Classic antes de despuntar en el PGA Tour. Y como el golf es un tema de familia, llegó a Santiago junto con su madre, Jani Thomas, quien fue su caddie durante el torneo.
A diferencia de otras figuras que estuvieron en el PWCC, a Thomas no le fue mal. Finalizó en la posición T12, con tres golpes bajo el par, a 13 impactos del campeón, Adam Hadwin, otro que también después alcanzó notoriedad al sumar dos coronas del PGA Tour.
El canadiense se llevó buenos recuerdos de Chile y no solo por el bello trofeo de lapislázuli que entrega el certamen a quien lo gana. Tras el torneo, viajó a extremo sur chileno junto con algunos personeros del circuito para participar en una expedición de pesca con mosca. El lugar escogido fue el Lago Deseado, que queda en la frontera con Argentina en la comuna de Timaukel, en la provincia de Tierra del Fuego.
Hadwin, un experto en actividades outdoor en su país natal, quedó maravillado con lo que vivió en la antípoda del mundo. Se asombró con los paisajes, la experiencia del flyfishing y lo recordó en sus redes sociales durante un buen tiempo.
Otro destacadísimo jugador, Jordan Spieth, pidió una exención especial para el torneo en la primera edición de 2012. Los organizadores no se la dieron, pero tampoco la habría ocupado porque finalmente lo invitaron al Puerto Rico Open del PGA Tour, que se jugaba esa misma semana. A partir de 2015, Spieth ganó tres Majors y 17 títulos del PGA Tour, y en su mejor momento fue considerado el sucesor natural de Tiger Woods. Amasa una fortuna de más de US$ 60 millones solo en premios.
