El tenista número uno del mundo fue tajante desde que en agosto de 2024 supo que había sido absuelto por la Agencia Internacional para la Integridad del Tenis (ITIA) en agosto. El italiano le aseguró a su círculo íntimo que no acataría ningún castigo por el doping positivo de clostebol, luego de dos controles de orina que contenían metabolitos de clostebol, registrados en marzo del año pasado.
Sinner argumentó que la presencia del esteroide anabolizante se debió a que su fisioterapeuta, Giacomo Naldi, empleó un spray de venta libre que contenía clostebol, para tratar un corte en su dedo. Sinner recibió masajes corporales completos con aceites mientras Naldi le aplicaba el spray en el dedo. El tratamiento incluía acciones para reducir callosidades en los pies del jugador.
Los expertos aportados por Sinner respaldaron su versión de que el clostebol ingresó debido al tratamiento de Naldi, quien aseguró además que no había consumido ninguna sustancia. La ITIA estuvo de acuerdo y dictaminó que el número del mundo “no tiene culpa ni negligencia”.
Pero si bien para la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) no hubo intención de doparse por parte de Sinner, el hecho en sí mismo era indesmentible. De tal manera, sus encargados concurrieron ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) pidiendo una sanción de uno a dos años. El razonamiento era que todo deportista es responsable de las sustancias que entran en su cuerpo.
La vista del caso sería revisada en abril por el TAS y Sinner prometía que no daría su brazo a partir. Pero sin que nadie lo sospechara, la AMA y los representantes legales del jugador anunciaron que habían llegado a un acuerdo que suponía tres meses de suspensión para el número uno del mundo, que se contaban desde el 9 de febrero, o sea, retroactivamente al comunicado del pacto.
La AMA por el suelo
Jamie Singer, abogado del tenista, es visto cómo el gran gestor del acuerdo, y quien ha doblegado a la Agencia Mundial Antidopaje, cosa que muy pocos representantes legales de los deportistas han logrado hacer.
Los críticos del proceder de los personeros de la AMA no entienden por qué fue la agencia antidopaje la que se acercó a Singer para negociar un acuerdo. Y que los términos del pacto fueran “a la carta”: tres meses, desde febrero a mayo, justo el período en que no se disputa ningún Grand Slam. El castigo, por si fuera poco, concluye el 4 de mayo. Al día siguiente, vaya coincidencia, empieza el Abierto de Italia.
Según Singer, el tenista italiano no estaba convencido, pues sostenía que si el ITIA había fallado a su favor, ¿por qué el TAS lo haría en contra? El abogado, sin embargo, logró convencer a Sinner con una afirmación: “Es preferible tres meses a no saber lo que va a pasar en una vista del TAS con la AMA presionando para que se cumpla un año de castigo como mínimo”. La incertidumbre de lo que decidirían los tres jueces del TAS que revisarían la causa, fue lo que convenció a Sinner a aceptar la propuesta de su abogado.
Pero no fue Sinner el que quedó en entredicho tras el inesperado acuerdo. El jugador aprovechó la inexplicable decisión de negociar de la AMA, una instancia que casi nunca, o nunca, se ha registrado. Y que, curiosamente, sucede cuando el cuestionado es el número uno del mundo.
¿Cómo la AMA se conformó con una suspensión de apenas tres meses cuando su expectativa era un castigo de un año mínimo? Ross Wenzel, consejero general de la agencia antidopaje, afirmó que simplemente se realizó una reducción en justicia. “Este caso está a un millón de millas del dopaje. El feedback científico que recibimos fue que esto no podía ser dopaje intencional”, se defendió Wenzel, quien a modo de justificación informó que la AMA había llegado a 67 acuerdos con atletas en los últimos años.
¿Se viene un cambio de criterio para todos por igual?
La sanción a Sinner, dicen los expertos, pone a prueba la lógica de la norma responsabilidad estricta de la Agencia Mundial Antidopaje y el esquema de castigo que la acompaña para las pruebas de drogas.
La AMA había presentado la demanda ante el TAS, sosteniendo que la ITIA cometió un error al ignorar el criterio de la responsabilidad estricta, lo que significa que una persona es castigada por un acto ilícito que se produce incluso si ella actuó de manera razonable. Por eso la AMA, sobre la base de las normas aplicables, el jugador italiano cometió un error y debería ser suspendido entre uno y dos años.
La responsabilidad estricta es un criterio que no se aplica solo en los deportes. En países como Estados Unidos, la venta de alcohol a menores de edad, la venta de productos defectuosos, la violación legal y los propietarios de perros que muerden a personas son clasificables como delitos de responsabilidad estricta. Más allá de las razones del acusado, se considera culpable o responsable si el acto prohibido sucede.
El objetivo de fondo del principio de la responsabilidad estricta es maximizar la disuasión. En otras palabras, que el dueño de un perro esté más atento para asegurarse de que su mascota no ataque a nadie o que un adulto sepa que no debe comprar alcohol a menores bajo ninguna circunstancia.
La Agencia Mundial de Antidopaje “aceptó” el argumento de Sinner de que “no tenía intención de hacer trampa” y que su exposición al clostebol ocurrió “sin su conocimiento” y “no proporcionó ningún beneficio para mejorar el rendimiento”. Pero, a su vez, la AMA sostuvo que un deportista aún “tiene responsabilidad” por la “negligencia de su entorno”, bajo la lógica de que un atleta es en última instancia responsable del equipo que lo prepara para la competencia, incluidos quienes aplican masajes.
El punto es que los tres meses de suspensión no están establecidos en ninguna norma específica de la AMA. Más bien es el producto de la negociación para llegar a un acuerdo con el tenista número uno del mundo. La pregunta que queda rondando entonces es: ¿Reconsiderará y disminuirá la AMA sus castigos por delitos de responsabilidad estricta, dado que ha considerado aceptable un período de tres meses para Sinner?
Muchos apuestan a que no. La AMA tiene ahora la palabra.