Es noticia:

El militar británico que sacó campeón a la UC

Hace 70 años, en una final electrizante contra Colo Colo, los cruzados obtuvieron su segundo título de la mano de una instructor de paracaidistas en la Segunda Guerra Mundial, imponiendo un estilo duro y castrense que, un año después, llevaría al plantel -ya hastiado de malos tratos- al descenso.

El plantel campeón de la UC hace 70 años. El equipo cruzado fue dirigido por William Burnickell (abajo, sentado a la extrema derecha), un militar británico que llegó a Chile después de la 2.a Guerra Mundial.

Los dirigentes de Universidad Católica se entusiasmaron de inmediato. Seducidos por la presencia de los entrenadores húngaros y encandilados por el despliegue físico de los hermanos Robledo en Colo Colo, aceptaron de inmediato la sugerencia llegada desde Londres. Francisco Platko había ganado su tercer título con los albos y las claves tácticas y físicas seguían pareciendo revolucionarias. La idea de considerar el “estilo europeo” para el club prendió de inmediato con el propósito de recuperar el título que habían ganado en 1949 con José Manuel Moreno.

Por eso, cuando acudieron a Cerrillos a buscar a William Burnickell, recomendado para los procesos formativos, que el ex jugador del Lincoln y el Bradford no hablara ni una palabra de español fue apenas un detalle. Su carrera como back izquierdo había sido tronchada por la guerra, donde se transformó en instructor de paracaidistas en Birmania -actual Myanmar- y marcó para siempre su destino.

A poco llegar ya le habían confiado el primer equipo, que mantenía algunos de los campeones del 49. El capitán seguía siendo Sergio Livingstone, de vuelta de su breve experiencia en Racing, y el goleador era Raimundo Infante, también retornado de Europa. Era un plantel joven, donde también destacaba Jaime Vásquez, quien se convertiría en el propietario de la cadena de restaurantes Tip y Tap. Manuel Álvarez, Fernando Roldán, Jorge Luco y Hernán Carvallo aportaban la juventud en un plantel que promediaba 24 años.

El entrenador británico (segundo de izq. a der.) fue un instructor de paracaidistas en la 2.a Guerra Mundial, conflicto que frustró su carrera de jugador.
William Burnickell festeja el título de la UC '54.El entrenador británico (segundo de izq. a der.) fue un instructor de paracaidistas en la 2.a Guerra Mundial, conflicto que frustró su carrera de jugador.

Los elogios se los llevarían, sin embargo, dos extranjeros que harían la diferencia en el mediocampo. Miguel Ángel Montuori era un rosarino que llegó sin grandes pergaminos a la UC y se transformó en un volante ofensivo notable, al punto que su fama obligó a los veedores italianos a viajar a Chile para contratarlo. Tras ganar el título se fue a la Florentina, donde se transformó en crack y terminó siendo convocado, en su condición de oriundo, para jugar por la azzurra.

Romualdo Moro era uruguayo, y aportaba la fuerza a una escuadra que pronto destacó en el aspecto físico. También llamó la atención la potencia de su juego, y al final de temporada se marchó al Napoli, en un doble traspaso impresionante para los tiempos que corrían. Moro volvió tras el retiro a Chile -al igual que Montuori- y se instaló con una parrillada que, por décadas, sería el punto de reunión para los futboleros en Santiago bajo el nombre de “El Ídolo”.

El aporte de William Burnickell

Burnickell cambió radicalmente el estilo de la UC. De juego frontal y ofensivo, ganó las dos ruedas con holgura, recibiendo elogios por la rapidez de los desplazamientos. El último tramo del torneo era una rueda con los ochos primeros, donde por azar tocó que el partido final enfrentara a los dos mejores equipos del torneo.

El duelo entre Colo Colo y los cruzados se jugó el 9 de enero de 1955 en un Estadio Nacional lleno, y pese a que el empate beneficiaba a los de la cruz, el favoritismo estaba con los albos, debido a las ausencias de Livingstone y Roldán, pero la soberbia actuación del portero suplente, el ingeniero Sergio Litvak, mantuvo el 0 a 0 que los consagró como campeones.

En un Estadio Nacional repleto, cruzados y albos igualaron sin goles, lo que le dio el título a Católica. El segundo de su historia.
La final de U. Católica-Colo Colo del torneo 1954.En un Estadio Nacional repleto, cruzados y albos igualaron sin goles, lo que le dio el título a Católica. El segundo de su historia.

Burnickell festejó con moderación, aunque dejando atrás la fama de mal genio y gritón que se había ganado en la campaña. El partido final fue arbitrado por su compatriota Harry Sykes, convocado para evitar las suspicacias que habían surgido en torno a los cobros favorables a los colocolinos.

En la UC estaban tan contentos que le pidieron a Burnickell que se quedara un año más, pero su intensidad física, el mal genio y la distancia que estableció en el trato con los jugadores, le pasarían la cuenta. Al final del campeonato de 1955, el club descendió sin pena ni gloria.

Burnickell retornó a Gran Bretaña. Aún convencidos del estilo “europeo”, los dirigentes le entregaron el plantel al húngaro George Ormos, que los devolvió a Primera, donde acababa de ser campeón Palestino, de la mano de Miodraj Stefanovic, un yugoslavo que siguió aplicando la fórmula física a los equipos nacionales.

No hay muchos recuerdos del militar que superó a Colo Colo en su primera final, pero a 70 años de ese título en la UC la pretensión de jugar “a la europea” se mantuvo por años. Hasta que llegó el holandés Wim Rijsbergen, subcampeón mundial en Alemania ‘74 y Argentina ’78, y mucho después el español Beñat San José. Quedará para siempre una final electrizante y un título que se ganó por la notable actuación del suplente Litvak en el arco y un militar inglés que adiestró a los suyos como si fueran a una guerra.