Era el gran partido de la jornada en el Australian Open. Por un lado, el número uno del mundo y campeón defensor, Jannik Sinner. Por el otro, el ídolo local, Alex de Minaur. La Rod Laver Arena estaba colmada esperando una gran demostración tenística... pero los 15 mil espectadores se fueron decepcionados.
Sinner simplemente arrasó con su rival, venciéndolo por 6-3, 6-4 y 6-1 en menos de dos horas y dejando a De Minaur completamente impotente en la pista.
“Es duro jugar contra Jannik Sinner”
“Seré completamente sincero y transparente. Es duro salir ahí y jugar contra alguien como Jannik porque creo que hay muchos factores que varían en el marcador hoy en día”, reconoció Alex de Minaur, luego de ser capaz de ganarle solo ocho juegos.
“En cuanto al enfrentamiento, creo que es el peor y lo podemos ver en el cara a cara”, agregó, recordando que esta es la décima vez que se enfrentan, y nunca le ha podido ganar.
“En este tipo de condiciones es incluso más difícil contra él. Sales ahí fuera, compites y lo intentas todo, pero en estas condiciones donde hay más frío no puedes sacar la pelota fuera de su zona de ataque, él tan solo descarga y no falla”, analizó. “Es duro. Creo que si jugáramos en mitad de un día de mucho calor, entonces veríamos algunos errores y probablemente no veríamos a Jannik jugar a su mejor nivel. Sin embargo, en condiciones como hoy, es difícil ponerle nervioso”.
El “aura” de Jannik Sinner
Jannik Sinner tuvo un 2024 impecable, ganando el Australian Open y el US Open, tres Masters 1000, el ATP Finals de fin de año y llevó a Italia a su segundo título de Copa Davis.
Sólido número uno en el ranking ATP, tal parece que esta temporada no quiere abandonar su sitial, y eso ha comenzado a crear una sensación de imbatibilidad en varios de sus rivales.
“Jannik ha desarrollado ese tipo de aura de vencer a todos. No es que haya tenido una buena semana aquí o allí, ha vencido a todo el mundo”, apuntó De Minaur, quien no logró terminar con la sequía local en el Australian Open, que data de 1976 con Mark Edmondson.
“El hecho de que tenga ese nivel tan alto y pueda hacer esto a los jugadores es muy difícil. Vas al partido y sabes que va a ser una batalla, que será duro y vas a intentar cosas diferentes. Pero cuando llevas ya 1 hora y media y sufres para ganar los juegos, intentas encontrar formas de subir el marcador. Es muy surrealista”, agregó el australiano.
