Novak Djokovic sigue ganando en el Australian Open y esta mañana se impuso al checo Jiri Lehecka para confirmar su duelo ante Carlos Alcaraz en cuartos de final.
Sin embargo, su compromiso de hoy no fue tan sencillo como el 6-3, 6-4 y 7-6 del marcador podría indicarlo, sobre todo en el tercer set. De hecho, Djokovic se vio ofuscado, molesto con su juego e incómodo con la lucha que le dio su rival, al punto que tiró un pelotazo de frustración. Ahí cayeron las primeras pifias en la Arena Rod Laver.
Pero lo que más incómodo lo tenía era el comportamiento de algunos hinchas en las tribunas, que claramente estaba pasados de copas y hasta le cantaban “Rafa”, en alusión a Rafael Nadal, su gran némesis.
Por esto, Djokovic se rehusó a dar la tradicional entrevista post-partido en la cancha tras su victoria, tomando el micrófono y simplemente agradeciendo a los presentes por haber asistido. Actitud que no cayó bien en la mayoría, que esperaba ver más del 10 veces campeón en Melbourne Park, lo que provocó una segunda ola de pifias, mientras los siempre ruisosos fanáticos serbios intentaban contrarrestarlo.
