Chile sigue con vida en el Australian Open, ya que la última carta nacional que quedaba en el primer Grand Slam del año, Cristian Garin (150°), siguió con la buena racha de la qualy para derrotar a Borna Coric (87°) y avanzar a la segunda ronda. El chileno se impuso en sets corridos: 7-5, 6-1 y 6-2.
Después de un comienzo parejo en el que ambos jugadores se midieron de forma reservada hasta el final del primer set, Garin dio el golpe en el momento preciso para quedarse con la primera manga por 7-5.
En el segundo set el croata comenzó con dos pérdidas de servicio, y tras esbozar una remontada tras recuperar uno de los quiebres, se volvió a hundir y el chileno ganó 6-1.
Luego del término del segundo parcial, el croata se marchó a su camarín tras solicitar el tiempo médico, donde fue revisado por su fisiólogo, en una señal que indicaba que su físico no estaba al 100%. Sin embargo, volvió a la cancha y siguió luchando.
Tras cinco juegos cerrados parecía que el croata podía volver a meterse en el partido si apretaba un poco, pero Garin volvió a subir el nivel en el sexto juego y quebró nuevamente. Luego de eso Coric se resignó e incluso comenzó a demorar los puntos, por lo que recibió un warning cerca del final. Garin no aflojó y se llevó la última manga con un nuevo quiebre.
Garin apunta alto y ahora va por el 4 del mundo
El número 3 de Chile logró su cuarta victoria en el Australian Open, ya que anteriormente había ganado tres partidos en la qualy para llegar al cuadro principal. Sin embargo, ahora tendrá a su mayor desafío en tierras australianas, ya que deberá enfrentar al estadounidense Taylor Fritz, actual número 4 del ranking ATP. Probablemente este duelo sea programado para la noche del miércoles.
El historial entre el chileno y el estadounidense está 2-1 a favor de Fritz: ganó en la segunda ronda del Masters de Madrid en 2023 y en las semifinales de Múnich de 2024. En tanto, la victoria de Garin ocurrió en los cuartos de final de Houston 2022. Todos los partidos hasta ahora fueron en arcilla, por lo que será la primera vez que se vean las caras en pista dura.