Es uno de los partidos más destacados del día en Wimbledon, pero dejó una imagen que paralizó los corazones de todos en La Catedral del Tenis: en el segundo set de su duelo por tercera ronda ante el local Cameron Norrie, Alexander Zverev sufrió una fea caída cuando buscaba una pelota cerca de la red.
El tenista alemán trató de deslizarse con su rodilla, pero la pierna le quedó “enganchada” en el pasto, lo que hizo que se revolcara sobre la superficie, trayendo de inmediato a la memoria las imágenes de hace dos años en Roland Garros, cuando sufrió un feo esguince durante su match por semifinales ante Rafael Nadal, lesión que lo mantuvo lejos del circuito por varios meses.
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Afortunadamente, en esta ocasión el tema no pasó a mayores, ya que tras recibir la asistencia del trainer, Zverev pudo seguir jugando, para alivio suyo y de los espectadores que temieron lo peor.