Nicolás Jarry cayó en la final del Masters de Roma ante Alexander Zverev por parciales de 6-4 y 7-5. El nacional alcanzó el mejor ranking de su carrera y la primera final en torneos de este tipo. Es por eso que tras el término del partido, la sensación fue la del deber cumplido.
En su discurso final, el chileno agradeció, sobre todo, el apoyo incondicional de su familia y sus más cercanos, quedando al borde de las lagrimas.
“Ha sido una semana increíble, muchísimas gracias por todo el apoyo. Hubo mucho sacrificio de mi parte y de parte de todos los que están atrás mío. Fue un honor jugar la final en este estadio, ojalá pueda volver y ganarla”, fueron parte de las declaraciones de la primera raqueta del país.