Hace unos días fue Diego Schwartzman el que anunció su retiro y ahora es el turno de otra estrella contemporánea del tenis mundial, aunque en este caso mucho más relevante que el argentino. Se trata del austríaco Dominic Thiem, exnúmero tres del mundo y ganador del US Open 2020. Ambos logros los consiguió con un chileno como técnico, Nicolás Massú.
Pero fue poco después de su festejo en Flushing Meadows cuando comenzó la pesadilla para Thiem, quien aquejado por lesiones jamás logró volver a su mejor nivel. Hoy, lejos de los primeros planos y condenado a jugar las qualies de los grandes torneos, al parecer ya decidió dejar de insistir y colgará la raqueta.
Víctima de las lesiones
En agosto de 2020, Dominic Thiem se confirmó como una de las grandes figuras del tenis al lograr por fin un título de Grand Slam en el US Open de ese año, tras perder en la definición de tres finales Majors. Con Massú en su banco, el austríaco demostró que era mucho más que un “arcillero” y parecía listo para dar el salto definitivo y desbancar a las leyendas del circuito como Novak Djokovic y Rafael Nadal.
Sin embargo, los meses posteriores fueron todo menos consagratorios. Las lesiones, primero en la rodilla y luego en la muñeca, lo obligaron a tomarse largos períodos fuera de las canchas y, posteriormente, a dejar de combatir por varios meses. Y para cuando volvió, nunca logró volver a ser el mismo.
De hecho, recién el año pasado logró volver a disputar la final de un torneo (en Kitzbuhel), pero las derrotas en primera ronda seguían siendo más frecuentes que las victorias. Este año la tendencia se mantuvo y si de algún campeonato no le entregan una invitación, suele no poder pasar la qualy de los grandes torneos, viendo a la distancia cómo otros luchan por los títulos por los que antes competía.
Así las cosas, las frustraciones se han ido acumulando -hoy está 117° en el ranking ATP- y todo indica que la paciencia llegó a su fin. De hecho, según informa la prensa austríaca, ya le avisó a su círculo cercano que este será su último año y que incluso tiene fecha de despedida: será jugando de local, en el ATP de Viena que comienza el 21 de octubre, con apenas 31 años recién cumplidos.
De no mediar una sorpresa, ese será el escenario para el final de una de las carreras más promisorias del último tiempo que se vieron truncadas por las lesiones y la falta de confianza que estas acarrean. Su último título, hasta ahora, fue justamente el de ese US Open 2020 que, aunque se creía sería el del despegue, terminó siendo simplemente la muestra final de Dominic Thiem y todo su talento.