Nicolás Jarry calienta motores para una temporada 2024 en la que espera consolidar todo lo que avanzó este año, lejos el mejor de su vida. El tenista chileno partió en enero fuera de los 150 mejores del mundo, pero gracias a sus buenos resultados cerró en el top 20 y como el mejor jugador sudamericano del momento. Sin embargo, ese enorme avance no fue reconocido por la ATP al momento de elegir a lo más destacado de 2023.
Dentro de la serie de premios que el circuito entrega al cierra de cada campaña, hay dos en los que Jarry perfectamente podría haber sido considerado: “El Regreso del Año” y “El Jugador que Más Progresó en el Año”.
Si bien el chileno regresó en 2021 al circuito tras su castigo por dóping, fue este año cuando terminó de consolidar su regreso a la élite. Con dos títulos ATP -Santiago y Ginebra- y actuaciones destacadas en los grandes torneos del calendario, El Príncipe logró ascender la friolera de 133 lugares en el ranking mundial, del 152° en el que comenzó al 19° que ocupa actualmente. Pero eso no bastó para que entrara en alguno de los grupos de candidatos en ambas categorías.
¿Ni siquiera nominado?
En el caso de “El Regreso del Año”, los nominados fueron los alemanes Dominic Koepfer, Jan-Lennard Struff y Alexander Zverev, más el francés Gael Monfils. Todos ellos superaron importantes lesiones para volver a los primeros planos del circuito y, al igual que Jarry, recuperando decenas de puestos en la clasificación. Probablemente Zverev es el favorito en esta categoría, tras la grave lesión que sufrió en semifinales de Roland Garros 2022 pero terminando este año en el top ten y jugando el ATP de Finals.
Mientras, para “El Jugador que Más Progresó en el Año” los postulantes son los italianos Jannik Sinner y Matteo Arnaldi y los estadounidensen Ben Shelton y Christopher Eubanks. Lo que todos tienen en común es que son más jóvenes que Jarry (28), y aunque tienen sus méritos, ninguno estuvo ni cerca de subir tantos puestos en el ranking como el chileno en los últimos doce meses, probablemente la mejor medida para evaluar el “progreso” de un jugador durante una temporada.
De hecho, aunque la primera categoría suele referirse más a aquellos jugadores que volvieron a jugar luego de sufrir lesiones, la segunda fue definida por la ATP como aquella que reconocerá a “el jugador que a fin de año alcanzó un hito importante en el ranking ATP y que durante el año demostró una constante mejora en su rendimiento”, ambas consideraciones que resumen perfectamente el 2023 de Nicolás Jarry, que logró llegar por primera vez en su carrera a cuartos de final en un Masters 1000 y a octavos de final en un Grand Slam, y que hoy ocupa su puesto más alto en la clasificación mundial.
Y aunque el resto sí tiene méritos de sobra, nadie está diciendo que el número chileno debe ganar sí o sí, pero al menos estar considerado.
Sea como sea, Nicolás Jarry comenzará el próximo año con la misión de respaldar todos sus notables avances de esta temporada, partiendo por sus dos primeros desafíos: la United Cup y el Australian Open.