Última semana del calendario y Chile es protagonista. En la estación final del circuito sudamericano de torneos Challenger, la acción llegó a nuestro país con el Challenger de Temuco, que será el torneo final para La Legión Chilena. Con Nicolás Jarry y Cristian Garin ya calentando motores para 2024, Tomás Barrios es la gran esperanza local.
Tras el retiro de Alejandro Tabilo, quien iba a ser el segundo cabeza de serie pero se bajó a última hora luego de su título en el Challenger de Brasilia, es su compañero de dobles el que está llamado a ser profeta en su tierra. Y el chillanejo partió con todo, apabullando a otro chileno, Diego Fernández (684°).
Barrios (105°), primer preclasificado y máximo favorito en Temuco, no dio ninguna opción a su compatriota, derrotándolo por 6-1 y 6-2 en apenas una hora y un minuto de juego. Fernández había sido uno de los beneficiados con wild cards por parte de la organización.
En segunda ronda, su rival saldrá del choque que hoy mismo más tarde disputarán otro chileno, Matías Soto (702° y que también entró gracias a una invitación) y el argentino Facundo Mena (582°). Ya en el horizonte asoma en un posible duelo por cuartos de final el campeón defensor en La Araucanía, el trasandino Guido Andreozzi (247°).
Buscando el top 100 y la historia
Una buena actuación de Tomás Barrios en el Challenger de Temuco es sumamente importante, tanto para él como el tenis chileno, ya que se está jugando el entrar por primera vez en su carrera al top 100 del ranking ATP.
Para conseguirlo, los cálculos actuales indican que Barrios tendrá que llegar al menos hasta la final en el sur del país, sumando los puntos necesarios para superar en la clasificación mundial al italiano Flavio Cobolli (100°). Es decir, ganar tres partidos más.
En caso de conseguirlo, Barrios no sólo asegurar su mejor ubicación en el ranking ATP sino también marcaría un hito para el tenis chileno, que por primera vez en su historia cerraría una temporada con cuatro jugadores entre los 100 mejores del planeta, algo que no se dio ni siquiera en la época dorada de Marcelo Ríos, Nicolás Massú y Fernando González.