Calor extremo en Nueva York. Solo 33 grados pero una humedad que eleva la sensación a los 40, lo que ha hecho que los jugadores del US Open jueguen en un verdadero horno.
El último en alegar por ese insoportable calor fue el ruso Daniil Medvedev, que en pleno encuentro con Andrei Rublev se dirigió a la cámara para desatar su furia contra la organización: “Un jugador se morirá y ahí van a ver”.