La Selección Chilena de Rugby debutó este domingo en el Mundial de la disciplina que se disputa en Francia. Actuación decorosa de Los Cóndores, que pese a caer por 42-12, le hicieron partido a una escuadra nipona infinitamente más acostumbrada a este tipo de torneos.
A los cibernautas les llamó la atención un detalle: muchos de los seleccionados asiáticos no son nacidos ni criados en tierras japonesas. Samoanos, neozelandeses, tonganos o australianos juegan con la camiseta del Sol Naciente y eso no pasó inadvertido para los fanáticos.
Abundaron los reclamos del tipo “No son japoneses”, sin embargo, en este deporte es preciso hacer la aclaración: no necesariamente un deportista debe tener la nacionalidad del país para defender a tal o cual selección.
Las obligaciones de World Rugby son las siguientes: 10 meses de residencia y no haber defendido previamente a otra selección nacional. Así, muchos de los rugbistas que juegan en la liga japonesa están habilitados para defender a esa nación. El neozelandés Michael Leitch, el australiano Jack Cornelsen o el sudafricano Dylan Riley son ejemplos de estas políticas.
Es habitual en el mundo del rugby. La selección italiana, por ejemplo, cuenta entre sus filas con dos deportistas argentinos y un australiano, mientras que uno de los centres que está haciendo su debut en la Selección de Rumania es Tevita Manumua, nacido en Tonga.