En el Gran Premio de Melbourne, Max Verstappen partió desde la pole position, pero su dominio fue corto cuando Carlos Sainz de Ferrari lo adelantó en la segunda vuelta.
Verstappen reportó problemas de equilibrio en su RB20, con la parte trasera sintiéndose suelta. En la vuelta 4, un humo inquietante salía de la esquina trasera derecha, culminando en un incendio en el freno trasero que obligó a Verstappen a retirarse en el pitlane.
“El freno trasero derecho se quedó atascado desde el inicio de la carrera, así que la temperatura siguió aumentando hasta que, por supuesto, se incendió”, explicó Verstappen.
Quien terminó dominando la competencia fue justamente Sainz, que culminó primero en Australia, seguido de Charles Leclerc (Ferrari). Tercero fue Lando Norris, de McLaren.