La primera carrera del calendario de Formula 1 2024 ya está en los libros de historia. Y se pueden sacar algunas conclusiones tras la disputa del Gran Premio de Baréin: que el dominio seguirá en manos del neerlandés Max Verstappen, ganador sin contratiempos, o que la escudería Red Bull, que logró el 1-2 con el mexicano Checo Pérez, tiene poco que temerle, por ejemplo, a Ferrari o Mercedes.
Pero también está el otro lado de la moneda, la parte baja. Y es ahí donde destaca la escudería francesa Alpine, que sufrió un verdadero descalabro en el reino del Golfo Pérsico, al terminar el circuito en los últimos lugares de la clasificación. Los galos Esteban Ocon y Pierre Gasly finalizaron en los lugares 17 y 18, lo que desató un fuerte movimiento en el equipo.
Tras la carrera, el director técnico de la escudería, Matt Harman, y el jefe de aerodinámica, Dirk de Beer, renunciaron a sus puestos, con lo que se desató la primera crisis de la temporada en la categoría reina del automovilismo mundial.
Tras estas salidas, el equipo publicó un comunicado con la reestructuración de sus técnicos. Joe Burnell será el director técnico, David Wheater pasa a ser el director de aerodinámica y Ciaron Pilbeam asume como director de rendimiento. A la cabeza de la escuadra continuará el director del equipo, Bruno Famin.
Los motivos de Alpine para su nuevo organigrama
No solo los resultados de la carrera fueron nefastos para Alpine, pues en las clasificaciones tampoco hubo buenos rendimientos. Ocon y Gasly fueron los dos últimos posicionados, lo que se reflejó después en el mal cometido en el Gran Premio en Medio Oriente.
Desde Alpine explicaron que “hemos decidido hacer estos cambios organizativos porque vemos claramente que no estamos donde queremos ni necesitamos estar en cuanto a nivel de rendimiento. Ha llegado el momento de dar un paso más en términos de organización y personal”, sentenció Bruno Famin, director de la escudería.
