Era la pelea más esperada del año en el boxeo, pero no hubo revancha. Oleksandr Usyk volvió a derrotar a Tyson Fury por decisión unánime y se mantiene como el rey indiscutido de los pesos pesados. El ucraniano logró volver a imponer sus condiciones pese a su evidente desventaja en altura y alcance, demostrando que su técnica sigue sin encontrar respuestas en la máxima categoría.
Con un registro de 23 triunfos en 23 peleas, Usyk sigue invicto y retuvo sus tres cinturones del peso pesado (AMB, OMB y CMB), mientras Fury podría retirarse, tras caer dos veces ante el mismo rival, el único que le ha hecho probar el sabor de la derrota en su carrera profesional.