LeBron James es una leyenda viviente del basquetbol. Sus logros y legado lo hacen posicionarse como uno de los mejores jugadores de la historia, queriendo seguir su camino en la NBA, a pesar de estar por cumplir 40 años.
El 23 de Los Lakers ha tenido un gran año hasta la fecha, hablando en términos personales. Ha jugado 51 compromisos hasta ahora en la temporada regular de la liga norteamericana, promediando casi 35 minutos y 25 puntos por cada duelo. Asimismo, su estado físico y aporte al juego de los californianos siguen impresionando a la fanaticada del deporte, quien prevé verlo muchos años más en la competición.
Esto parece que también lo piensa James, ya que desde Estados Unidos, más específicamente del medio ESPN, informan que el basquetbolista norteamericano busca renovar su vínculo con el equipo del que ha sido parte desde 2018. En particular, James busca obtener tres años más de contrato, con el que recibirá una suculenta suma de dinero.
180 millones de dólares, 60 por cada año de vínculo con Los Lakers, es la suma que recibirá King James si es que lleva a cabo esta negociación, la cual de concretarse pondría al norteamericano como el basquetbolista mejor pagado en la actualidad, por delante de Stephen Curry, quien recibe 51.9 millones de dólares por temporada, así como también Nikola Jokić, con 47.6 millones de la moneda estadounidense.
Bronny, la otra razón de LeBron
Una de las grandes razones de LeBron James para buscar un contrato multianual, la cual ha sido revelada públicamente por el histórico basquetbolista, es poder jugar junto a su hijo en la NBA. Bronny actualmente es parte del equipo de la Universidad de Southern California, donde ya es seguido por veedores de la liga norteamericana.
Sin embargo, un traspié tuvo el primogénito del jugador de los Lakers en su camino a la NBA, ya que según los especialistas en basquetbol universitario, Bronny no aparece en el draft de esta temporada, debiendo esperar hasta 2025 para poder ser seleccionado por algún equipo.
Esto influye de manera directa en la decisión de James de seguir jugando por lo menos hasta sus 42 años, cuando su hijo pueda ser elegido en este proceso, que se lleva previo al comienzo de todas las temporadas de la NBA.