Las calles deberían ser un lugar seguro para el tránsito de los automóviles. No hablamos de robos ni seguridad, sino del estado en que tendrían que estar, sin embargo, muchas veces los hoyos le hacen la vida imposible a los vehículos, aunque también hay otros elementos que también complican bastante.
Se trata de los adoquines. Todos los que han circulado por este tipo de calles sabe que sacude la suspensión, pueden generar cortes en los neumáticos y además se vuelven peligrosos cuando empieza a llover. Pero como se trata de construcciones antiguas, patrimonios culturales, no se pueden remover.
¿Qué son los adoquines?
Para empezar, tenemos que saber qué son los adoquines. Se trata de piedras labradas en forma de prisma rectangular que se utilizan para pavimentar. Se ocupan desde hace siglos y su utilización favorecía el andar de los carruajes tirados por caballos.
Las calles de adoquines de ciudades como Santiago y Valparaíso son consideradas patrimonio y no pueden ser removidas o modificadas sin un proceso riguroso de evaluación y autorización por parte de las autoridades encargadas de la protección del patrimonio cultural. Pero, ¿pueden provocar daño a los automóviles?
La experta y reconocida Cristina Catalán (@lacristi_mecanica en instagram) del taller @amcperformancechile compartió un video en su cuenta, generando un llamativo debate sobre el tema.
Entre los comentarios, buena parte reconoce la belleza de los adoquines, pero la gran mayoría comentó que le provocan enorme daños a los autos. Los más irónicos señalaron que sirven para darse cuenta de fallas en los autos.
El daño en los autos
Uno de los efectos más inmediatos que los adoquines causan en los autos es el daño a la suspensión. Las calles de adoquines están caracterizadas por su superficie irregular y a menudo desigual.
Aunque se pretende que la disposición de los adoquines sea uniforme, con el paso de los años y debido a la falta de mantenimiento, es común encontrar secciones donde los bloques se han desplazado, creando baches y desniveles.
Esto genera una serie de problemas mecánicos en los vehículos. Las suspensiones son sometidas a un esfuerzo mucho mayor que en las calles pavimentadas, lo que puede provocar un desgaste prematuro de los amortiguadores, resortes y otros componentes del sistema de suspensión. Las vibraciones constantes también afectan otras partes del auto, como los rodamientos de las ruedas, los ejes de dirección y las juntas de los frenos, incrementando la probabilidad de averías.
Por otro lado, la desalineación de las ruedas es otro de los efectos comunes en los vehículos que transitan frecuentemente por estas calles.
Los conductores suelen notar que sus autos tienen una tendencia a desviarse ligeramente hacia un lado, lo que requiere ajustes periódicos y, en casos más graves, puede afectar la dirección y la estabilidad del vehículo.
Aumento de costos y mantenimiento
Si bien muchas personas disfrutan de la estética y el encanto de las calles adoquinadas, el impacto en la economía y la movilidad de los conductores no pasa desapercibido.
El aumento de los costos de mantenimiento de los vehículos es uno de los principales efectos. Los conductores se ven obligados a realizar reparaciones más frecuentes, lo que se traduce en gastos adicionales para el mantenimiento del auto.
Las neumáticos son otra de las partes más afectadas por el adoquinado. Debido a la dureza de los adoquines y la falta de una superficie lisa, los neumáticos sufren un desgaste más rápido que en las calles pavimentadas, requiriendo más reemplazos a lo largo del tiempo.
Además del desgaste mecánico, el adoquinado afecta la comodidad y seguridad al conducir. Las vibraciones y el ruido constante hacen que el viaje sea menos placentero, y en casos de mal estado de los adoquines, los baches y los desniveles pueden generar situaciones peligrosas, como perder el control del vehículo o provocar daños severos si se transita a altas velocidades.
Por otro lado, las calles adoquinadas son especialmente problemáticas para ciertos tipos de vehículos, como los autos de bajo perfil o de lujo, que están diseñados para una conducción más suave. En estos vehículos, el impacto de las vibraciones puede ser mucho más notorio, afectando tanto la estructura del vehículo como la comodidad del conductor.
¿Cómo encontrar un balance?
A pesar de los inconvenientes que las calles adoquinadas representan para los vehículos, es innegable que tienen una serie de beneficios, tanto para la preservación del patrimonio como para la estética y la identidad de las ciudades. Los adoquines, cuando están bien mantenidos, ofrecen una mayor durabilidad que otros tipos de pavimentos, y su textura contribuye al drenaje del agua de lluvia, lo cual puede reducir el riesgo de inundaciones.
No obstante, la clave para equilibrar estos beneficios con las necesidades de los conductores es el mantenimiento adecuado y la restauración de las calles adoquinadas.
Mientras eso no ocurre, tal como indicó Cristina Catalán, una buena opción para cuidar el auto es evitar esas calles aunque la vuelta sea un poco más larga. Al final, redundará en un mayor cuidado y un viaje más cómodo también.