Hace unos días, el influencer español Fabio Belnome (@volatadipeluca) subió un video en su cuenta de instagram -donde tiene 1 millón de seguidores- sobre una situación muy extraña: llegó a un país donde sólo hay autos blancos o grises.
La insólita situación la encontró en su travesía hacia Japón, cuando llegó hasta Ashgabat, capital de Turkmenistán. Este país de Asia Central que limita con Irán, Afganistán, Kazajistán y Uzbekistán es uno uno de los más herméticos del mundo, gobernado por una dictadura que lleva décadas en el gobierno.
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¿Por qué solo autos blancos o grises?
Según reportajes del medio británico BBC News, funcionarios de aduanas y policías de tránsito han justificado la prohibición argumentando que el color blanco trae buena suerte en la cultura turcomana. Y eso es lo que se aprecia en las imágenes del influencer hispano.
En contraste, el negro y otros colores oscuros son considerados de mala fortuna o simplemente “poco deseables” desde la perspectiva oficial.
En 2018, la medida se endureció: no solo se dejó de importar autos de colores oscuros, sino que los autos negros que ya circulaban fueron detenidos y sus dueños obligados a repintarlos en tonos permitidos, según informó el sitio especializado Carscoops hace algunos años.
Este proceso ha generado una industria informal de repintado de autos, elevando los precios de estos servicios. Según Carscoops, los propietarios han tenido que gastar entre 500 y 1,000 dólares dólares para repintar sus vehículos, una suma considerable en un país donde el ingreso medio mensual es bajo.
Si bien no existía una multa específica publicada por el gobierno, los automovilistas cuyos vehículos no cumplían con las normas son sancionados con la inmovilización del auto y la prohibición de circular hasta que sea repintado.
Actualmente, algunos medios han señalado que no existe obligación de pintar los autos, pero que ciudadanos prefieren no tomar riesgos ante la posibilidad de que el líder del régimen vuelva a las medidas sobre los tonos de los vehículos.
El efecto sobre la sociedad
De acuerdo con el medio regional The Times of Central Asia, esta política ha sido parte de una serie de medidas estéticas impulsadas por el expresidente Gurbangulí Berdimuhamedov, conocido por su fuerte inclinación hacia el color blanco: vestía de blanco, conducía autos blancos y llegó a ordenar la construcción de edificios blancos en Ashgabat.

Estas restricciones han generado críticas entre la ciudadanía, aunque las protestas abiertas son prácticamente inexistentes debido al férreo control del Estado sobre los medios y la sociedad civil.
Una capital blanca
Ashgabat, la capital turcomana, fue reconocida por el Libro Guinness de los Récords como la ciudad con mayor concentración de edificios de mármol blanco en el mundo. Ahora, sus calles también reflejan esa homogeneidad visual en el tráfico vehicular.
Este fenómeno no solo representa una visión estética, sino también un ejemplo extremo de cómo las decisiones del poder pueden llegar hasta los aspectos más cotidianos de la vida, como el color de un automóvil.