Durante la temporada de verano, es común que los viajes vacacionales en familia o con amigos aumenten, lo que lleva a un mayor uso del automóvil. Sin embargo, en este contexto, es crucial prestar atención al estado del vehículo, especialmente cuando se enfrentan altas temperaturas.
Esto garantiza que el motor y el sistema de refrigeración funcionen adecuadamente, evitando posibles problemas y daños.
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El papel del líquido refrigerante en el motor
Uno de los componentes más importantes en este proceso es el líquido refrigerante, el cual tiene un papel vital en el funcionamiento óptimo del motor. Este líquido circula por el motor, absorbiendo el calor generado durante su funcionamiento, evitando así el sobrecalentamiento. Además, protege contra la corrosión y ayuda a prolongar la vida útil del motor, asegurando su buen desempeño a lo largo del tiempo.
Tipos de líquidos refrigerantes
El líquido refrigerante no es uno solo; existen varios tipos, cada uno con características específicas que pueden adaptarse mejor a diferentes modelos de vehículos. Desde Bosch Service nos explican la clasificación de estos líquidos, que se dividen en dos grandes grupos:
- Orgánico: Este tipo es el más utilizado actualmente, ya que ofrece una mayor durabilidad y mejor protección contra la corrosión. Ideal para los autos modernos.
- Inorgánico: Común en vehículos antiguos, este líquido tiene una vida útil más corta y requiere un reemplazo más frecuente.
Es fundamental que la formulación del líquido refrigerante esté correctamente balanceada con agua destilada, ya que esto asegura un funcionamiento óptimo y contribuye a un rendimiento adecuado del sistema de refrigeración del vehículo.
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Señales de que el líquido refrigerante no está funcionando correctamente
Según Samuel Novoa, experto de Bosch, existen varias señales a las que los conductores deben estar atentos para identificar si el líquido refrigerante está perdiendo eficacia:
- Nivel bajo: Verifica regularmente el nivel del líquido en el depósito de expansión, generalmente ubicado en el compartimento del motor. Si el nivel está por debajo de lo indicado, es necesario rellenarlo con el líquido adecuado para tu automóvil.
- Color anaranjado o marrón: El color normal del refrigerante es verde, rosado o azul. Si este se vuelve anaranjado o marrón, es una señal de que el líquido está degradado y necesita ser reemplazado.
- Seguir pautas de mantenimiento: Con el tiempo, el refrigerante pierde sus propiedades, por lo que es importante seguir las pautas de mantenimiento recomendadas para cambiarlo.
- Presencia de sedimentos o lodos: Si encuentras partículas flotantes, sedimentos o lodo en el líquido, es posible que haya perdido sus propiedades y deba ser reemplazado.
- Olor a quemado: Un olor a quemado proveniente del motor o del depósito del líquido puede indicar una fuga o un posible sobrecalentamiento.
- Sobrecalentamiento frecuente: Si el vehículo se sobrecalienta con frecuencia, especialmente durante el calor del verano, es una clara señal de que hay un problema en el sistema de refrigeración, y el refrigerante podría estar involucrado.
Recomendaciones para el mantenimiento
Samuel Novoa recomienda cambiar el refrigerante cada 2 o 3 años o cada 30 mil o 40 mil kilómetros, dependiendo de las condiciones del vehículo. “La recomendación es cambiar el refrigerante cada 2 o 3 años o cada 30 mil o 40 mil kilómetros. Si no se está seguro de cuál utilizar, lo mejor es acudir a un profesional”, señala.
Realizar mantenciones periódicas y revisar constantemente el sistema de refrigeración ayuda a mantener el automóvil en óptimas condiciones, previniendo fallas por sobrecalentamiento y asegurando un mejor rendimiento, especialmente en los meses más cálidos.