Vivir cerca del mar tiene innumerables ventajas: vistas panorámicas, un clima agradable y la posibilidad de disfrutar de la brisa marina. Sin embargo, para quienes residen en zonas costeras o cerca de la playa, la cercanía al océano puede tener un costo inesperado: el daño mayor a los vehículos que en zonas alejadas del mar.
Aunque las causas pueden ser variadas, hay factores específicos que contribuyen a que los autos sufran más en estos entornos. Acá les contamos cómo el clima salino y otros elementos propios de las zonas costeras afectan la vida útil de los vehículos, especialmente ahora que empiezan las vacaciones y que muchos viajarán a descansar a localidades costeras.
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1. La sal, un enemigo silencioso para la carrocería
Uno de los principales factores que afecta a los vehículos en las zonas costeras es la salinidad. La sal que proviene del agua del mar, la humedad ambiental y la brisa marina se depositan sobre las superficies metálicas del automóvil, causando la oxidación o corrosión de la carrocería. Este proceso no es inmediato, pero con el tiempo puede deteriorar el material de forma significativa.
Cuando las pequeñas partículas de sal se asientan sobre el metal del automóvil, atraen la humedad del aire y crean un ambiente ideal para la corrosión. Este fenómeno, conocido como “oxidación por salinidad”, no solo afecta la parte externa del vehículo, sino que también puede infiltrarse en las partes internas de la carrocería, afectando componentes como las suspensiones, los frenos y las partes debajo del chasis.
2. Humedad constante y sus efectos
La alta humedad de las zonas costeras acelera el desgaste de los vehículos. Las condiciones de humedad constante pueden dañar diversos componentes del automóvil, desde los sistemas eléctricos hasta los interiores. La humedad puede infiltrarse en el sistema eléctrico del coche, afectando los sensores, cables y conexiones, lo que a menudo causa fallos eléctricos y disminuye la vida útil de las piezas.
Además, la humedad favorece la aparición de moho y hongos en el interior del coche, especialmente si no se mantienen condiciones adecuadas de ventilación.
Los tapizados, asientos y alfombrillas pueden absorber la humedad, creando un ambiente propenso al crecimiento de microorganismos, lo que además de ser un problema estético, también puede generar olores desagradables y afectar la salud.
3. Arenas y partículas abrasivas
El viento constante en las costas también transporta arena y partículas finas que pueden rayar la pintura del vehículo. Aunque parezca un daño menor, los rayones y abrasiones en la capa de pintura permiten que la sal y la humedad lleguen más fácilmente al metal, lo que acelera la corrosión.
Además, cuando los vehículos transitan por carreteras cercanas a la playa o caminos sin pavimentar, la exposición a la arena y el polvo aumenta, lo que también puede afectar a los sistemas de ventilación, las llantas e incluso el motor si las partículas finas entran en contacto con componentes sensibles.
4. El sol, otro factor dañino
El sol en las zonas costeras suele ser más intenso debido a la cercanía del mar, lo que genera una mayor radiación ultravioleta (UV). Esto afecta directamente a la pintura del automóvil, que con el tiempo pierde su brillo y se vuelve opaca. Además, la exposición prolongada al sol puede dañar las gomas y los plásticos del vehículo, como los sellos de las ventanas y las molduras, lo que puede provocar filtraciones de agua y deterioro general.
Las temperaturas extremas también afectan a las baterías de los autos. En zonas costeras, el calor excesivo puede reducir la capacidad de la batería, además de provocar una evaporación más rápida de los fluidos, lo que puede acortar la vida útil de los componentes eléctricos.
5. El mantenimiento: clave para evitar daños graves
El deterioro del vehículo en zonas costeras es inevitable hasta cierto punto, pero un buen mantenimiento puede mitigar muchos de estos efectos. Los expertos recomiendan que los conductores de áreas cercanas al mar tomen medidas preventivas como:
- Lavar el automóvil con frecuencia: Especialmente después de un día en la playa o en condiciones de alta salinidad, es fundamental lavar el auto a fondo, incluyendo la parte inferior y las ruedas, para eliminar la sal y las partículas que puedan haber quedado en la carrocería.
- Aplicar cera protectora: La cera forma una capa protectora que puede evitar que la sal se adhiera a la pintura del vehículo.
- Revisar el sistema eléctrico: Debido a la humedad, es esencial revisar regularmente las conexiones eléctricas del automóvil para evitar fallos imprevistos.
- Reemplazo regular de sellos y gomas: Las piezas de goma, como los sellos de las puertas y ventanas, deben ser revisadas y reemplazadas si es necesario para evitar filtraciones de agua que puedan dañar el interior del vehículo.