Columna de Juan Cristóbal Guarello: El problema de fondo

“Tengo un proyecto hace años que se llama ‘Escuela de fútbol libre’ que una vez presenté en una municipalidad y salió rebotado por puro sectarismo y miseria. Sigue disponible para el que le interese”.

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En Chile hay más de 600 titulados como entrenadores de la INAF cesantes. Al mismo tiempo, los clubes de la ANFP tienen la obligación de tener ocho categorías formativas (Proyección, Sub 17, Sub 16, Sub15, Sub 14, Sub 13, Juvenil femenino y Sub 16 femenino) en las cuales hay duplicidad de funciones, falta de personal médico, problemas de logística, partidos suspendidos…

Sobran entrenadores, sobran categorías, sobran problemas.

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En una dura y reveladora entrevista concedida por Fernando Carvallo el domingo en el diario El Mercurio el ex entrenador y gran formador cruzado se lanza de cabeza contra este monstruo que sólo genera gastos, pero que, escasamente, saca uno o dos jugadores por año.

Para empezar, la formativa es un engendro, que junta en un mismo equipo a jugadores de entre 18 y 22 años. Es decir, juveniles verdaderos con hombres que ya deberían estar en el profesionalismo, y si no están, es porque no les da. Pasó la vieja. Según Carvallo, hay muchos jugadores, a granel, poco talento y nula proyección: “Hay 250 chicos en cadetes y en tres días te das cuenta que 100 no tienen ninguna posibilidad”. De paso propone un máximo de cuatro categorías como máximo.

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Desde mi perspectiva, y tomando las palabras de Carvallo, pienso que deberían existir las Sub 19, Sub 17 y Sub 15. Más abajo se deben promover las escuelas de fútbol barriales auspiciadas, y, los que pueden, financiadas por los clubes donde se detecten los valores reales y no sea puro granel que ascienden automáticamente. Estas escuelas deben promover las habilidades básicas, la técnica, el compañerismo, la buena alimentación y los buenos hábitos. Que hasta los 13 años el niño juegue libre, sin presiones, se divierta y no sea maleado con dogmatismos tácticos y ensoñaciones de Guardiolas o Bielsas en sordina. A esa edad no se puede obligar a jugar “a un toque” y otras boberías.

Tengo un proyecto hace años que se llama “Escuela de fútbol libre” que una vez presenté en una municipalidad y salió rebotado por puro sectarismo y miseria. Sigue disponible para el que le interese.

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Resumo: escuelas de fútbol hasta los 13 años, luego tres categorías y los que cumplan 18 años o pasan al primer equipo o no tienen lo suficiente. Por último, se podría hacer un torneo de reservas para darle tiraje a los que vienen ascendiendo y fútbol a los jugadores del primer equipo que se recuperan de lesiones o no son considerados por el entrenador (Ojo, no para llenarlo de extranjeros burros impuestos por los representantes).

El femenino da para otra columna.

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