Con el dictamen de la Corte Suprema, respaldado por otro de la Corte de Apelaciones luego de una acción judicial de la ANFP, las casas de apuestas, apoyadas por toda la organización del fútbol chileno, buscan una salida para poder seguir funcionando.
En una línea: sin la plata de las casas de apuestas online el nuestro balompié profesional se muere.
En otra: la misma salvación parece ser la condena.
Me explico: las casas de apuestas han traído ingentes recursos que tienen a la ANFP, y la gran mayoría de los clubes, con recursos para seguir funcionando. Luego de una década de errores y pillerías, delitos, el fútbol chileno ha venido en caída libre, perdiendo competitividad internacional, sufriendo la huida en desbandada del público, la baja estrepitosa de ingresos y hasta una megasequía de figuras emergentes.
Una catástrofe.
Y aparecieron las apuestas on line para meter dinero a chorros, tanto da quién juegue mientras se juegue y se pueda apostar, tirándole un salvavidas a una actividad en pleno naufragio. Este salvavidas, nobleza obliga, incluye al 90% de los programas deportivos. Hay torta para todos.
Pero las buenas noticias también son malas. Porque como se juega todo, desde los laterales hasta el campeón del torneo, ese todo, es, vaya, todo. Es decir, nada está libre de ser apostado y las sospechas crecen como la peste bubónica.
Se va expulsado Kachelamcher y un amigo me escribe que la tarjeta roja pagaba 3.5 pesos. Lo mismo el 6-0 de Cobresal o la derrota de Iquique de local ante Rangers que no se jugaba nada ¿Hombre del maletín? ¿Coeficiente jugoso?
Tal vez salga una ley que regule muy pronto, tal vez se demore un poco más. El tema es que esto parece un oscuro camino sin retorno.