A los que tenemos más de cincuenta una de las series de televisión japonesas que nos marcó en la infancia, junto con Meteoro o Astroboy, fue la violenta y épica Sam, el rey del judo. Un muchacho que recorría el mundo en una gran moto junto a un perro de orejas largas y un niño pecoso con el objetivo de vengar el asesinato de su padre en manos de un malvado tuerto.
Al final de cada capítulo, luego de dejar el tendal de muertos a golpes y alguno que otro tuerto patas arriba, que nunca era el que buscaba, una voz en off preguntaba ¿A dónde vas Sam? Mientras el protagonista se alejaba hacia el horizonte acelerando su moto.
Acá, por Quilín, tenemos al presidente de la ANFP al que podríamos llamar “Milad, el rey del nudo”. Gordiano por caso, donde no hay espada alejandrina que lo pueda cortar de un golpe. El último dictamen de la Corte de Apelaciones, donde se declaró inadmisible el recurso de protección de la ANFP en contra del Ministerio de Justicia que le ordenó anular su contrato con Betsson, deja el fútbol rentado chileno cada vez más acorralado, con un inexistente margen de maniobra. Y, para como rúbrica, el poder judicial señaló que las apuestas deportivas on line son “contrarias a derecho”.
Malas noticias en serio: la ANFP hoy depende de las apuestas deportivas para su financiamiento. Y la indicación al proyecto de ley para regularlas, presentada por el presidente Gabriel Boric con suma urgencia el 12 de septiembre, tiene no pocos enemigos en el parlamento. Desde ya, quieren sacarle la urgencia. Llueve por todos lados.
El déficit conocido alcanza a los 36.000.000.000 de pesos. El por conocer es un misterio. Milad se planta sin mucho sustento y defenderá hasta el último cañonazo los contratos con casas de apuestas que le dan algo de caja a la ANFP.
Creo que la idea de coger una moto y salir escapando hacia el horizonte a toda velocidad le agradaría al presidente de la ANFP. Aunque haya un malvado tuerto al final del camino.