Indignación mundial causó lo sucedido el pasado fin de semana en el partido entre Udinese y AC Milán por una nueva fecha de la Serie A. Durante el compromiso, el encuentro tuvo que ser suspendido por cerca de 5 minutos debido a que el arquero de la visita, Mike Maignan, recibió insultos racistas por parte de la hinchada del nuevo equipo de Damián Pizarro.
Fue el mismo futbolista francés quien, tras ser insultado constantemente, decidió abandonar el terreno de juego y partir rumbo al vestuario, determinación que fue compartida por sus compañeros, quienes no dudaron en seguirlo.
Minutos más tarde los jugadores retornaron a cancha para poder reanudar el juego, claro que esta vez esto se realizó con la previa advertencia del árbitro, quien señaló que si se volvía a producir este tipo de insultos, suspendería el encuentro.
Tras lo sucedido, este martes el organismo encargado de evaluar posibles sanciones para los clubes en estas situaciones, decidió que Udinese jugará su próximo partido de local a puertas cerradas sin la posibilidad de recibir a sus hinchas. Dicho compromiso será ante el Monza el próximo 03 de febrero.
La determinación del club
Una vez terminado el partido, que finalizó con victoria para la visita por 3-2 sobre el nuevo equipo del atacante chileno, varios jugadores del mismo Udinese condenaron el comportamiento de su hinchada durante el compromiso.
Asimismo, el club informó que logro dar con el nombre de una de las personas que insultaron al portero, por lo que tomaron la decisión de suspenderle de por vida su ingreso al estadio.