Manchester City arrancó con todo su defensa del tetracampeonato de la Premier League, imponiéndose este domingo por 2-0 en su visita al Chelsea. Sin embargo, el triunfo quedó marcado por una polémica jugada en el segundo tiempo que pudo cambiar el destino del juego.
Tras la apertura de la cuenta de Erling Haaland, el equipo de Pep Guardiola dominó el juego pero no pudo aumentar la ventaja, mientras los locales trataban de conseguir el empate. Fue en esa dinámica donde, a los 78′, una aparente mano del croata Mateo Kovacic no fue cobrada como penal, pese a que ocurrió justo frente al árbitro.
Ni el juez ni el VAR determinaron que la acción era merecedora de pena desde los doce pasos y, paradójicamente, menos de diez minutos después el mismo Kovacic anotó el segundo gol para la victoria definitiva.