A tan solo 24 horas de la final de la Copa del Rey, el Real Madrid ha encendido todas las alarmas con un comunicado oficial este viernes, en el que exige a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) la adopción de medidas urgentes contra los árbitros De Burgos Bengoetxea y González Fuertes. ¿Qué sucedió?
Resulta que el club merengue considera “inadmisible” la “clara y manifiesta animadversión y hostilidad” mostrada por ambos jueces hacia la entidad madridista.
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El comunicado, de tono contundente, lanza una advertencia sin precedentes: el Real Madrid podría no presentarse a disputar la final si la Federación no actúa de inmediato. En concreto, el club exige que se aparten a los dos colegiados designados, que se abra un expediente disciplinario por sus declaraciones y, como medida estructural, que se lleve a cabo una “remodelación íntegra del Comité Técnico de Árbitros” al término de la temporada.
Real Madrid en rebeldía
En señal de protesta, el club no ha acudido a ninguno de los actos oficiales organizados en la previa del encuentro. Una postura que evidencia la gravedad del conflicto institucional abierto entre el Real Madrid y la RFEF.
El mensaje de la entidad presidida por Florentino Pérez es claro: no considera legítimo que dos árbitros con antecedentes de confrontación con el club dirijan el encuentro más importante de la temporada, ya que es lo único que les va quedando a los merengues tras las decepciones en La Liga y Champions League.
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Mientras tanto, la RFEF guarda silencio, pero la presión crece conforme se acerca el pitido inicial. La crisis ha estallado en la antesala de un partido que debería ser una fiesta del fútbol español y mundial. Ahora, el balón está del lado de la Federación.