¿Mal ojo o simplemente una promesa que no se cumplió? En 2019, el Atlético de Madrid rompió el mercado europeo con el fichaje de una joven promesa del fútbol portugués, proveniente del Benfica: Joao Félix, de 19 años.
El puntero había sido llamado recién por primera vez a la Selección de Portugal y aunque venía de cumplir apenas una temporada en Primera División, los destellos que mostró fueron suficientes para ayudarle a Las Águilas para ganar el torneo luso y ganarse el mote, era que no, del “nuevo Cristiano Ronaldo”.
Con esos antecedentes, los Colchoneros pagaron la friolera de 123 millones de euros, por entonces el cuarto fichaje más caro en la historia del fútbol mundial. Pero hoy, casi seis años después, el panorama es muy distinto.
De fichaje estrella a préstamo tras préstamo
Con chispazos, Joao Félix nunca logró convencer en Atlético de Madrid ni justificar la millonada que pagaron por él. Además de problemas de adaptación a otro país a tan corta edad y algunas lesiones, lo principal fue no lograr acoplarse al esquema de Diego Simeone, que fiel a su estilo solía emplearlo más como un contragolpeador que como un atacante neto.
Al cabo de su tercera temporada en España, Félix avisó que quería irse del club y le encargó a su agente, el influyente Jorge Mendes -el mismo de CR7- que presionara por su salida.
“Félix es la mayor inversión que el club ha hecho nunca. Creo que es uno de los mejores del mundo pero, por razones que no vale la pena mencionar, su relación con el entrenador (Simeone) no es buena y no se encuentra motivado”, señaló durante el Mundial de Qatar 2022 Miguel Ángel Gil Marín, el presidente del Atlético. “Me encantaría que continuara, pero esa no es su intención”.
Dicho y hecho, fue enviado a préstamo al Chelsea, con un balance de 131 partidos y 34 goles en Madrid, para muchos muy poco por lo que había costado.
Su experiencia en Inglaterra solo duró unos meses, ya que al final de la temporada llegó Mauricio Pochettino como nuevo DT y dejó claro que no entraba en sus planes. Tampoco en los del Atlético, que lo volvió a ceder, esta vez al Barcelona; en el Camp Nou fue otra decepción, marcando 10 goles y nunca consolidándose como titular.
Pero parece que todavía había quienes creían en él y el Chelsea lo compró por la módica suma de 52 millones de euros con un contrato por cinco años. Sin embargo, otra vez quedó al debe y cuando el Milan llamó en febrero preguntando por él, en Londres no tardaron en cederlo a préstamo.
Cuento corto, en Italia apenas lleva un gol y, según Fabrizio Romano, los Rossoneri ya avisaron que no extenderán el vínculo, con lo que Joao Félix deberá volver a Inglaterra, a un equipo donde dos veces le han mostrado la puerta de salida.

Con 25 años, no cabe duda que todavía tiene margen para darle un giro a su carrera, pero es un hecho que hasta ahora la carrera del portugués sigue sin cumplir todo lo que prometía en su momento. ¿Tendrá una nueva chance en el Chelsea o volverá a salir a préstamo?