El mundo del fútbol llora por la pérdida de otros de sus íconos. Este miércoles se confirmó el deceso, a los 59 años del exdelantero italiano, Salvatore Toto Schillaci, quien fuera el máximo goleador en la Copa del Mundo de Italia 1990 y uno de los jugadores más queridos en aquel país.
El delantero, que comenzó el certamen como suplente de Andrea Carnevale, fue ganándose un espacio en el equipo y con seis goles contribuyó a la conquista del tercer lugar conseguido por la Azzurra.
Toto, jugó en Messina, Juventus, Inter de Milán y Jubilo Iwata de Japón en una carrera que tuvo su punto máximo, precisamente en Italia 90.
Lucha contra el cáncer
Desde hace más de dos años que el nacido en Sicilia luchaba contra un cáncer de colon, con el que luchó incansablemente hasta este miércoles. Estaba ingresado en el reparto de Neumología del Hospital Cívico de la capital siciliana desde el pasado 9 de septiembre y este martes por la noche se agravaron sus condiciones.
Schillaci, que tuvo que someterse a dos intervenciones por el cáncer, empeoró después de que la enfermedad, que parecía superada hace un año, reapareciera de forma muy agresiva.
Su inolvidable mundial
Toto Schillaci se convirtió en un ícono del fútbol italiano y para todos quienes vieron aquel Mundial en el que se coronó Alemania gracias a sus goles, la mayoría de cabeza.
Sus anotaciones le colocaron como el delantero titular y lideró junto a Roberto Baggio a la Azzurra a las semifinales, marcando ante Checoslovaquia, Uruguay, Irlanda y Argentina en las semis; además de un gol contra Inglaterra que decidió el tercer puesto final.
Sus seis tantos le valieron el apodo de “Héroe de las Noches Mágicas”. En la Copa del Mundo se quedó como el segundo mejor jugador, solo por detrás del Balón de Oro, el alemán Lottar Matthaus