La sexta fecha de las Eliminatorias Sudamericanas al Mundial de 2026, la última antes del larguísimo receso hasta septiembre de 2024, se vio empañada por disturbios en dos de los compromisos programados.
En primer término, los altercados se produjeron en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro, donde la policía brasileña redujo con brutal violencia las manifestaciones de hinchas argentinos presentes en el estadio. Aficionados ensangrentados y un clima sumamente enrarecido marcaron el Clásico del continente.
Posteriormente, en el duelo que cerró la fecha, se produjeron desmanes entre los futbolistas de la Selección Venezolana y la Policía de Perú. El partido, en que los Llaneros le arrebataron un empate 1-1 a los locales ante la molestia del público local, provocó comentarios por lo ocurrido tras el pitazo final.
Una vez conseguida la igualdad, los futbolistas de la Vinotinto se acercaron a celebrar con sus hinchas presentes en el Estadio Nacional de Lima. Fueron contenidos por los policías, lo que provocó incidentes, empujones y agresiones mutuas.
24 horas después, la Federación Venezolana repudió los hechos y, yendo más allá, acusó por discriminación y xenofobia a los peruanos.
El categórico comunicado de la Federación de Fútbol de Venezuela
En un comunicado público en sus plataformas digitales, la FVF realizó sus descargos por lo sucedido en el Nacional Limeño. “La Federación Venezolana condena enérgicamente las agresiones, tanto verbales como físicas, así como los actos de discriminación y xenofobia sufridas ayer por nuestro equipo y nuestra afición... “, comienza el escrito.
Luego, la Federación llanera profundizó al señalar que no tolerará, “ni dentro ni fuera de las fronteras venezolanas, ningún trato vejatorio a nuestros jugadores, miembros del equipo técnico ni seguidores de nuestra Selección”.
Las autoridades venezolanas, incluso, fueron más allá y algunos minutos después del comunicado denunciaron que llevaban horas esperando que su vuelo desde Lima a Venezuela despegara del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez. La Vinotinto reclama que eso también se trataría de una treta premeditada para incomodar a su selección.