Minuto 44 en el Estadio Centenario y los gestos de Neymar tras un choque con Nicolás de la Cruz encendieron las alarmas entre los fanáticos de Brasil. El astro se retorcía en el césped uruguayo y si bien varios lo pudieron atribuir a las constantes simulaciones de Ney, el inmediato ingreso de Richarlison en su lugar fue señal de algo más complejo.
“Puede ser un esguince importante, ya inició el tratamiento y se harán más estudios. Las próximas horas van a ser importantes”, fue el adelanto de Rodrigo Lasmar, médico de la selección brasileña y horas después se confirmó el diagnóstico más lapidario: rotura de ligamento cruzado y menisco de la rodilla izquierda.
La combinación de ambas lesiones proyecta un tiempo de recuperación que debería fluctuar entre siete y doce meses, quedando fuera de todo lo que queda de temporada en su club, el Al-Hilal de Arabia Saudita y con serias interrogantes sobre su retorno al profesionalismo.
Neymar venía recientemente de conseguir uno de los logros más importantes de su carrera al transformarse en el goleador histórico del Scratch el pasado 8 de septiembre con su doblete ante Bolivia y que significó llegar a 79 conquistas. Una marca que lo llenó de alegría, en contraste al sabor amargo de una lesión que puede significar el final de su historia con los pentacampeones del mundo.