Hernán Galíndez es una figura que no genera mucho agrado en el hincha de Universidad de Chile. Luego de denunciar amenazas contra su familia y acoso mediante redes sociales, el portero ecuatoriano volvió a su país para jugar por Aucas, cuadro en el que es figura. Ello le ha valido representar a su selección y gozar de otras bondades, tales como cambiar camiseta con Lionel Messi.
Tras el compromiso entre Argentina y Ecuador por la primera fecha de las Eliminatorias, el arquero de 36 años caminó hasta la mitad de cancha y se reencontró con Lionel Messi. Ambos hicieron inferiores en Rosario Central y no fue difícil el reconocimiento, aunque, evidentemente, el polémico portero con pasó por la U fue quién lo buscó.
“Me acerqué y le hice gestos de cambiarla. Nos conocemos desde muy chicos. Nunca fuimos amigos, pero ahora Messi juega con (Leonardo) Campana, estuvimos hablando estos días. Él entró a la cancha (había sido sustituido), nos miramos, nos saludamos e intercambiamos camisetas”, comentó el portero.
Para mala fortuna de Hernández Galíndez, su conocido de infancia fue quién le otorgo la victoria a Argentina. Mediante tiro libre, Lionel Messi decretó el 1-0 y algunos culparon al arquero del Aucas cómo el responsable. No obstante, queda a juicio: el trasandino colocó el balón sobre la barrera y dejó estático al otrora defensor de la portería de Universidad de Chile.
Su tensa salida de la U
En su paso por Chile, el arquero titular de Ecuador denunció acoso contra su familia. Estuvo desde el 4 de enero al 2 de julio en la U y las críticas no solamente aludían a su relación con los hinchas azules, sino que también contra algunos errores en la cancha. Su poca seguridad aérea, la misma que actualmente complica a Cristóbal Campos, fue indicada como su gran debilidad.
Tras Universidad de Chile, recaló en Ecuador y se coronó campeón de la Serie A de la mano de Aucas. Fue al Mundial de Qatar 2022 y actualmente es el titular de su selección, que tiene un complejo panorama en las Eliminatorias tras comenzar con -3 puntos por culpa de Byron Castillo. Al menos, ante Argentina tuvo premio de consuelo.