Jugada maestra para algunos, un tanto sospechosa para otros. Michael Clark festejará la llegada del 2025 con un nuevo estatus entre sus pares, pues pasó de ser director a empresario deportivo y, probablemente, uno de los más importantes del país, ya que hoy es, con todas sus letras, el dueño absoluto de la U.
El presidente de Azul Azul compró el 100% del fondo privado de inversión (FIP) Tactical Sport, que hasta hace unos días era propiedad del Grupo Sartor. ¿Lo extraño? Lo hizo a un precio sospechosamente bajo.
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“En 2021 Tactical Sport pagó por el 63% de Azul Azul una cifra cercana a los US$ 15 millones. Hoy, con un club en mejores condiciones financieras y generando ganancias, Clark pagó sustancialmente menos por el 90% restante: sólo US$ 5,7 millones. En concreto, adquirió 6.354.981 cuotas a un valor de US$ 0,90 cada una. Fue una jugada maestra si se toma en consideración la capitalización bursátil de US$ 24,5 millones del club”, detalla hoy el Diario Financiero MÁS.
Eso sí, lo que más ronchas está sacando al interior de la U, específicamente dentro del directorio de Azul Azul, es la forma. Clark lisa y llanamente no le informó a nadie de la operación -ni siquiera a los directores- y se movió rápido. Es más, según detalla el medio antes señalado, incluso pasado una semana de hecha la transacción, guardó silencio y no contó este cambio de propiedad en la sesión de directores.
A través de Inversiones Antumalal Limitada, Clark logró hacerse de la noche a la mañana con el control total de la U y, obviamente, en la CMF comenzaron a sonar las alarmas. ¿Qué pasó?
El mandamás del Romántico Viajero pensó que no existía la obligación de dar detalles públicos de este cambio de propiedad. En el ente regulador, en tanto, la cosa estaba clara: no se lanzó una OPA (Oferta Pública de Adquisición) dirigida a todos los accionistas de la serie B de Azul Azul; y no se informó sobre la toma de control de una Sociedad Anónima.
Michael Clark dando explicaciones en la U
De acuerdo al rotativo, el pasado domingo hubo una reunión virtual en la mañana donde participaron los directores de Azul Azul. Allí se convidaba a Clark a dar explicaciones de la repentina transacción.
¿Los más insatisfechos con la reunión que duró cerca de media hora? Los dos representantes del empresario Daniel Schapira, Juan Pablo Pavez y Paola Davanzo, y los integrantes nombrados por la Universidad de Chile, Andrés Weintraub y Héctor Humeres.
La tensión seguirá existiendo en la Universidad de Chile durante, al menos, un mes más, porque para el 30 de enero quedó fijada la próxima sesión de directorio, aunque no se descarta pueda haber una junta extraordinaria antes para aclarar algunos puntos que todavía no cierran del todo.
