Uno de los objetivos de Universidad de Chile durante esta semana era conseguir la aprobación de la denominada “Ley Aránguiz”, que en realidad era una modificación a las bases del Campeonato Nacional para que los jugadores de la Generación Dorada pudieran usar un número que ya es utilizado por otro miembro del plantel.
Luego de semanas de gestión, encabezadas por el presidente de Azul Azul, Michael Clark, se logró agendar una sesión extraordinaria del Consejo de Presidentes, que en un principio se reuniría para discutir los estados financieros de 2023, entre otras cosas. Con el paso más importante conseguido, todos al interior de Quilín pensaban que la votación para el cambio de bases sería aprobada.
Un ambiente complicado en la ANFP
A eso de las 15:30 horas, y tras el almuerzo, los presidentes de los clubes se dispusieron a votar la modificación presentada por Universidad de Chile. En un principio, fueron varios los dirigentes que solicitaron apurar la gestión por temas de tiempo, y además, porque se presumía que la gestión sería aprobada, principalmente, porque no afectaba a ningún elenco de forma negativa.
La votación sería solo para los clubes de Primera División, sin embargo, el presidente de Deportes Limache sugirió votar también esta modificación para los clubes de Primera B, alegando que este beneficio podría incluir a Francisco Silva, uno de sus futbolistas que perteneció a la Generación Dorada.
La solicitud fue aprobada, sin embargo, se decidió realizar votaciones separadas para cada competición, las cuales debían ser aceptadas por una unanimidad para entrar en vigor.
La tensa votación en la ANFP
Antes de realizar la votación, Michael Clark solicitó que, para no hacer la reunión más tediosa, quien quisiera rechazar la modificación lo hiciera en ese momento, ya que solo faltaba un voto negativo para echar por tierra todo. En la sala reinó el silencio.
Desde la ANFP, advirtieron que debían seguir el protocolo y preguntar uno por uno. Así fue, y luego de sumar varios votos positivos, llegó el turno de Audax Italiano, quien rechazó la medida sin dar ninguna justificación. Acto seguido, Unión La Calera se abstuvo.
Deportes Copiapó también rechazó la iniciativa, generando molestia al interior de la sala, debido a que su presidente Luis Galdames no asistió a la reunión, y mandó en su lugar a un desconocido con un poder simple para ejercer la votación.
En ese momento, comenzaron a surgir comentarios de otros presidentes, quienes interpelaron a sus colegas: “¿Ustedes creen que la prensa está afuera esperando por los estados financieros? Vamos a ser un meme”, fue la voz que se alzó en la sala.
En Primera B, la votación tomó un curso similar. Deportes Antofagasta y Rangers rechazaron, mientras que San Luis de Quillota no se presentó.
Los bloques que complican a la U: ¿nueva enemistad?
Al momento de revisar la votación, llama la atención los nexos que hay entre los equipos que se opusieron a la medida. Unión La Calera y Audax Italiano son propiedad de capitales argentinos, pero varios de los altos funcionarios del club itálico tras la compra del club son exfuncionarios de los Cementeros, lo que inició la especulación sobre un vínculo entre ambas instituciones.
Llama también la atención el caso de Audax, que hace poco tiempo tenía un acuerdo con Universidad de Chile para el préstamo de Nicolás Guerra, el cual se rompió repentinamente. Ahora, las relaciones entre ambos clubes parecen estar rotas.
Otro caso que sorprende es el de Deportes Antofagasta, Rangers y Deportes Copiapó, tres elencos que estuvieron involucrados en el caso del Factoring. Los de Atacama eran propiedad hasta hace unos años de Felipe Muñoz, quien dejó el club e inmediatamente se adueñó de Rangers de Talca. Al mismo tiempo, su socio en la empresa FactorOne, Jorge Sánchez, es propietario de Deportes Antofagasta.
Dicha situación sorprendió a los azules, sobre todo porque incluso clubes con los que no se tiene mucha relación, como Universidad Católica u O’Higgins, aprobaron la medida. Pese a que la votación no corresponde a un tema crucial para el fútbol chileno, si indica un cambio en el panorama, y un presunto bloque opositor, al menos a los intereses de Universidad de Chile.