La dolorosa derrota que sufrió Universidad de Chile el pasado 18 de mayo en el Clásico Universitario con 45 mil espectadores en las tribunas caló hondo en los hinchas azules, y uno que masticó la caída con aún más frustración fue Lucas Assadi.
Atrás parecen haber quedado los días en que el volante compartía junto a Darío Osorio el sitial de niño mimado del cuadro azul y la última palada de tierra fue que Gustavo Álvarez decidió dejarlo fuera de la banca y por ello tuvo que ver el partido de sus compañeros desde una butaca del Estadio Nacional.
Más allá de que varios clamaron por su presencia en cancha para ver si el equipo tenía respuesta para evitar la derrota, lo concreto es que su relegación está lejos de ser novedad en el CDA y el repaso de los números de la temporada pone en alerta al entorno del jugador y al mismo club, que tienen en el mediocampista a uno de los principales valores de mercado de la actualidad.
Lucas Assadi: de fracasar en La Rojita a ser prescindible en la U
El año que pretendía ser el de despegue para Lucas Assadi ha estado lejos de ser así y aquel declive comenzó en Venezuela. El volante azul era llamado a ser la manija de La Rojita que disputó el Preolímpico de Venezuela y luego del traumático debut que terminó en derrota ante Perú, todo fue cuesta abajo.
Chile vio cómo se diluían sus chances de ir a París 2024 y Assadi además volvió a su club con la desventaja de no estar desde el comienzo de los trabajos con Gustavo Álvarez en el Romántico Viajero.
Ahí empezó el camino al despeñadero para el jugador, que transcurridas 13 fechas no ha completado los 90 minutos en ninguno de los encuentros.
Fue en la fecha 2 cuando más actuó, completando 62 minutos de partido. Sin embargo, de ahí en más todo fue en disminución pues en la jornada 3 no fue citado, en la fecha 4 sumó 38 minutos y así paulatinamente fue desapareciendo de la cancha.
31 de los últimos 810 minutos es el lapidario resumen de su participación y si bien no se ven luces de un cambio en el corto plazo, lo cierto en el CDA saben de la importancia de no perder a uno de sus principales activos y confían en que el jugador logrará torcer su nebuloso presente y dejar así de ser un “jugador fantasma” en el conjunto azul.