Universidad de Chile sigue en un momento dulce bajo el alero de Gustavo Álvarez, luego de derrotar a Cobreloa en Calama. La escuadra estudiantil alcanzó 16 puntos en las primeras seis jornadas del Campeonato Nacional, posicionándose como líder del torneo junto a Deportes Iquique.
El buen rendimiento de la escuadra estudiantil mantiene ilusionados a los hinchas que sueñan con volver a levantar el título del torneo tras siete años. Álvarez ha logrado reencantar a los fanáticos, y a sus propios jugadores, que han mostrado un nivel superior al de la temporada pasada.
Desde su segundo partido oficial hasta ahora, el exentrenador de Huachipato implementó el esquema 3-4-2-1, el que pese a sumar dudas, cada vez se muestra más firme en los dos costados de la cancha.
Dicha fórmula táctica tiene directa relación con la principal inspiración de Álvarez como entrenador: el Atalanta de Gian Piero Gasperini en 2020.
Tras alzarse como campeón en Talcahuano, en una entrevista con TNT Sports, el entrenador reconoció que en el inicio de la pandemia, época donde no tuvo trabajo, aprovechó el tiempo para sacar conclusiones y analizar: “Sobraba tiempo y estudié algunos equipos que eran referencia a nivel mundial”.
Ahí es donde aparece el Atalanta, el equipo que lo maravilló según palabras de Álvarez. Aquel elenco, que alcanzó cuartos de final de Champions League y finalizó tercero en la Serie A durante esa temporada, jugaba con el mismo esquema que la U actualmente.
Tres centrales (Toloi, Palomini y Djimsiti), dos carrileros (Hateboer y Gosens), dos volantes centrales (De Roon y Freuler), dos mediapuntas (Ilicic y Papu Gómez) y un delantero centro (Zapata) eran los miembros del engranaje de Gasperini que enamoró a Europa en esa temporada.
El eje central de ese equipo era coincidentemente el que más destaca en la U actualmente: los laterales volantes. El trabajo de Fabián Hormazábal y Marcelo Morales ha sorprendido a todos en este inicio de torneo, siendo factores fundamentales sobre todo en ataque.
El trabajo de Guerrero y Leandro Fernández, comparado con lo que hacían Ilicic y Gómez también es similar. Ambos no trabajan como extremos, ya que liberan la banda a sus carrileros, y su rol posicional es como segunda punta detrás del 9 con mucha movilidad y sobre todo con mucha libertad.
El trabajo defensivo de los delanteros también es un calco a lo que hacía el Atalanta. Para defender, Leandro Fernández presiona a la altura del 9 (lo mismo que hacía Ilicic), mientras Guerrero defiende en la línea de volantes casi como volante interior, rol que adoptaba el Papu en el elenco de Bérgamo.
Los ojos a gran escala en Bélgica
Pero no solo Atalanta se robó las miradas de Álvarez en su época más introspectiva como entrenador, sino que también la Selección de Bélgica de Roberto Martínez, que estuvo dos años invicta hasta que cayó en semifinales del Mundial de Rusia 2018.
La fórmula de ese equipo era exactamente la misma: tres centrales, dos volantes, dos carrileros, dos mediapuntas y un 9. En el equipo que brillaban De Bruyne, Hazard y Lukaku, también el rol de los laterales (Meunier y Ferreira Carrasco) era fundamental a la hora de llegar al ataque.
Antes de llegar a la U, Álvarez nunca utilizó durante más de un partido el esquema que lo inspiró y más lo representó. ¿Por qué? Lo más probable es que por falta de intérpretes, y porque por ejemplo en Huachipato desde el día 1 que la línea de 4 le funcionó de forma efectiva.
Hoy, por ejemplo, Marcelo Morales, Fabián Hormazábal, Maximiliano Guerrero y hasta Leandro Fernández parecen hechos a la medida del dibujo que Gustavo Álvarez siempre quiso implementar y que por ahora le trae importantes réditos al mando de Universidad de Chile.