Ni micros amarillas ni gol de Carlos Garrido; tampoco Alicia Keys cantando Fallin’. Universidad de Chile por fin ganó el Superclásico en el Estadio Monumental, por lo que quedó atrás la larga maldición de 23 años en que los azules salieron de Macul llenos de frustraciones.
Es por ello que los festejos son justificados. En los universitarios, por fin se quebró el cruel hechizo que los atormentaba desde hacía más de dos décadas. Así lo demostraron, por ejemplo, en el camarín azul tras el partido, que fue un verdadero carnaval.
Los hinchas también están en llamas. La victoria en el Monumental se celebra como un título y así lo demostró un grupo de fanáticos que llegó hasta la Plaza Baquedano para festejar la hazaña del equipo de Gustavo Álvarez.
La comunión a ese punto santiaguino, lugar obligado de todo tipo de manifestaciones populares, refleja el júbilo que provoca en Universidad de Chile haber vencido en este clásico. El 195 será inolvidable para los azules y las celebraciones, con toda seguridad, se prolongarán por mucho tiempo.