Universidad de Chile es un club difícil de olvidar para los jugadores que pasaron por su cantera. Uno de ellos es Rodrigo Cancino, portero de 24 años que se formó en el Centro Deportivo Azul y que, lamentablemente, no tiene club desde el cierre de la temporada 2023. A más de cuatro meses de quedar sin club, sigue buscando trabajo y recuerda con amor al club que lo llevó al profesionalismo.
Así lo expresa el novel guardametas en conversación con AS, recordando su compleja salida de Universidad de Chile en 2022. El arribo de Hernán Galíndez y la estadía de Cristóbal Campos como suplente le complicó el panorama, por lo que decidió emigrar a Unión La Calera. Sin embargo, en el cuadro de la región de Valparaíso -que ya había defendido con anterioridad- tampoco tuvo mayor éxito.
“El año que firmé mi contrato, salí a préstamo a Unión La Calera. Volví a la pretemporada 2022, cuando estaba Luis Roggiero. En ese tiempo, La Calera me contactó para volver, pero no a préstamo, sino que querían que fuera libre, para que ellos me hicieran un contrato”, comenzó indicando.
“Ahí firmé mi finiquito con la U -regalando un año entero de contrato- y llegué a La Calera por dos, hasta 2023. Pero a fines de 2022, me comunicaron que no seguiría. Ahí finiquité y al cumplir mi límite de edad, se liberaron mis derechos económicos y federativos. Firmé como libre en Lautaro”, agregó.
Sin embargo, en el Toqui del Maipo tampoco logró asentarse y tan solo estuvo en el arco por cuatro compromisos. Esta vez, el panorama es más desolador: no tiene equipo. “Para este año, encontrar un club y seguir con mi carrera futbolística. A la hora de encontrarlo, hacerlo con el mayor profesionalismo posible y disfrutarlo a full, porque uno nunca sabe si va a ser tu último año de carrera”, expresó Rodrigo Cancino sobre sus metas.
El amor por la U de Rodrigo Cancino
A pesar de su tortuosa salida de Universidad de Chile, el novel portero recuerda con cariño su estadía en La Cisterna vestido de azul. Una experiencia de vida que no saldrá de su mente y que le entregó infinidad de sonrisas, a pesar de que nunca logró el debut profesional. A pesar lejos de su tierra natal, Curicó, no añoraba tanto volver a su hogar: estaba en el lugar que lo hacía inmensamente feliz.
“Lo que viví en la U hacía olvidar cuánto extrañaba a la familia o perderme fechas importantes. De eso se trata también el ser futbolista: dejar cosas de lado para perseguir tus sueños sin saber si los vas a cumplir. Creo que lo lindo del fútbol es perseguir ese anhelo con todas tus ganas y fe”, complementó el canterano de Universidad de Chile.
¿Qué viene ahora para el formado en la U? Volver a jugar. Participó en la Legends Cup y ahora busca volver a sumar minutos en el profesionalismo. Según cuenta al cerrar, el proceso ha sido: “difícil, largo, pero nunca he perdido la fe. Mentalmente es complicado, pero ahí es donde aparece el apoyo de la familia, mi pareja, mi fe en que Dios me ayude a encontrar equipo. Mi entorno ha sido súper importante para mantenerme firme”.