Por estos días el deporte se toma las calles de Santiago con los Juegos Parapanamericanos. Las historias humanas detrás de los para atletas de distintas disciplinas siempre son cautivadoras e inspiradoras. En el Estadio Bicentenario de La Florida está ubicada la sede del Fútbol PC o fútbol adaptado para personas con parálisis cerebral.
En el equipo chileno está Leonel Guzmán, una de las figuras del equipo y que ha estado toda la vida ligado al fútbol. Su carrera la comenzó muy joven jugando en las categorías infantiles en Unión Española hasta que fue captado por Universidad de Chile.
En los azules integró la serie 1993 en diferentes categorías y destacó como un volante de contención con mucha refriega y recorrido que tuvo pasos por La Roja sub-15, 16 y 17. Su progreso llamó la atención y fue llamado varias veces a entrenar con el Primer Equipo, que por esos tiempos era entrenado por nada más y nada menos que Jorge Sampaoli.
En conversación con El Mercurio, Guzmán comentó lo que significó ese periodo. “Estuve en la U de Sampaoli. Fui sparring del equipo de todos esos cracks. Mi amigo era Sebastián Martínez; después, los cercanos eran Leo Valencia, Ángelo Henríquez, Eduardo Vargas, Charles Aránguiz y José Contreras, quien me peló la cabeza cuando debuté en un amistoso en Concepción”, comentó.
Sin embargo, meses después se le comunicó que no seguiría en la institución, según el jugador se trató de una medida tomada por Sebastián Beccacece. “Yo creo que fue porque le caía mal. Una vez, en un entrenamiento, le hice un hoyito a Sampaoli y Beccacece se enojó mucho, me gritaba ‘¡nooo, nooo, Guzmán, nooo!’. Mala clase él. En juveniles hacía tremendos partidos, Sampaoli me felicitaba, pero Beccacece nunca nada. Puros palos me tiraba”, afirmó.
El día que cambió su vida
Lejos de desmotivarse, luego de su salida de Universidad de Chile a los 19 años siguió buscando oportunidades. Así pasó por Barnechea y La Pintana, pero la oportunidad de su vida llegaría el 2015 cuando una oferta de Cobreloa estaba en sus manos.
Sin embargo, antes de partir a Calama él junto a su hermano se encontraban en la Quinta Región cuando un trágico accidente cambió sus vidas para siempre. “Fue el año en que hubo un megaincendio y cambiaron el sentido del tránsito. Me bajé del auto, me atropelló uno primero, que me lanzó a la otra pista y ahí me pasó por encima un camión Brinks”, relata.
“Mi hermano menor vio todo, fue terrible para él. Estuvo con crisis de pánico y otras cosas. Él era extraordinario para el fútbol, y desde entonces no quiso seguir. Yo me iba al primer equipo de Cobreloa y él a la Sub 17″, confiesa.
Guzmán estuvo casi dos meses en coma y su familia estaba preparada para lo peor, pero salió adelante con importantes esfuerzos, ya que asegura que lo tuvieron que “reconstruir entero”.
“Entre los daños que siguen están los problemas de memoria, olvido muchas cosas rápidamente y otras simplemente no las recuerdo. En mi cerebro algo se salió de su lugar y no volverá más a estar donde estaba. Hace tres años me costaba correr más, patear el balón, hacer cambios de ritmo. Parecía imposible que volviera a caminar y cuando di mis primeros pasos fue… sólo fuerza mental”, sostiene.
Ahora, Leonel y sus compañeros se preparan para medirse ante Argentina a partir de las 19:30 horas en La Florida, en un duelo que puede entregarles la oportunidad de pelear por una medalla en estos Juegos Parapanamericanos Santiago 2023.