Diego González, exjugador de Universidad de Chile, anunció oficialmente su retiro del fútbol profesional. En la primera parte de la conversación con En Cancha, el formado en Naval de Talcahuano sostuvo que, tras su paso en 2021 por Independiente de Cauquenes, se fue a Estados Unidos a emprender en nuevos desafíos.
En esta segunda parte de la charla, el exvolante se decidió a contar la mala experiencia que vivió con una agencia de representación que se mueve en el fútbol chileno, como los es AIM.
“Cuando llegué a la U conocí a la empresa. De primera ellos me ayudaron en todo, se portaron bien, pero cuando salí me dejaron botado. Se portaron mal, situación que es lo normal ahora en el mundo del fútbol”, confesó el exfutbolista.
González sacó conclusiones de lo que vivió tras salir de los azules. “Si tú estás en lo más alto de tu carrera, todos están contigo y te van a dar todo, pero cuando no, se van. Eso lo tomé como una lección y supe con quién contar. Todos sabemos que el fútbol está manchado. Como uno es de barrio, si te tienen que joder, te joden”.
Diego González recordó el momento que Beccacece lo cortó de la U
La estadía de Sebastián Beccacece en la banca de Universidad de Chile en 2016 es recordada principalmente por la mala campaña y por su polémica llegada: mientras todavía dirigía Martín Lasarte y en plena concentración del equipo, se reunió con jugadores para comunicarles que no estaban en sus planes.
Uno de los cortados fue Diego González, quien recordó el momento que protagonizó Beccacece con los jugadores estudiantiles.
“Tenía todo en la U. Martín Lasarte me llevó a una pretemporada y en un corto tiempo ya estaba jugando en un Estadio Nacional lleno. Con el profe estaba bien, pero después llego Beccacece y todo cambió. Su llegada fue muy problemática, porque empezó a cortar jugadores y yo fui uno de ellos. Me llamó antes de la concentración, crucé del hotel de concentración a otro y me comunicó la decisión”, sostuvo.
Finalmente, dice que “él me dio a conocer que no estaba en sus planes, que necesitaba salir. La instancia no era la ideal y le fue mal quizás por lo mismo, por cómo se comportó. Después conversé con mi agencia de representantes (AIM) y poco y nada me ayudaron. Bajé a las juveniles mientras me encontraban equipo. Por eso te digo que el mundo de los representantes es una mafia, siempre hay una mano negra”.
