A principio del 2019, Matías Campos Toro dejó Audax Italiano y fue oficializado como nuevo refuerzo de la Universidad de Chile, que en ese entonces era dirigida por Frank Darío Kudelka. En aquella oportunidad, el exlateral fue uno de los tantos refuerzos que trajo el club para para pelear aquel campeonato, no obstante, no salió como el zurdo y la institución planeaban.
En su estadía en el "Romántico Viajero", Campos Toro solo alcanzó a disputar seis partidos. ¿Los motivos? Las lesiones y la dura competencia que tuvo por ganarse un puesto con Jean Beausejour. Esas dos situaciones hicieron que no tuviera la regularidad esperada.
En diálogo con En Cancha, el otrora futbolista analiza la actualidad de la U, rememora su paso por el Centro Deportivo Azul y tuvo palabras para José Castro y Marcelo Morales, quienes son los laterales izquierdos que tiene a disposición Mauricio Pellegrino.
-En Chile jugaste en la U y la UC. ¿Qué tal esa experiencia?
Los dos clubes tienen cosas especiales. Era más consciente cuando llegué a la Universidad de Chile, ya que estaba más grande y con más experiencia. Fue distinto. La U es un equipo más grande, sobre todo por su gente. A mí me gustó mucho jugar en el Estadio Nacional con la hinchada. Es bonito, es rico, es distinto.
-En la U te tocó competir por el puesto de lateral izquierdo con Jean Beausejour. ¿Cómo fue esa lucha?
Con Jean (Beausejour) tuvimos y tenemos una muy buena relación, en la actualidad jugamos un par de veces pádel. Yo cuando llegué a la U tenía ya venía pensando en el retiro, por lo que los partidos que me tocó jugar los disfruté muchísimo. Llegué a disfrutar y lo de jugar o no quedó en un segundo plano. Jean venía hace años siendo el lateral de la Universidad de Chile y tenía claro que la competencia, que fue sana en todo momento, sería difícil.
-Fuiste dirigido por Alfredo Arias, uno de los cuantos técnicos cuestionados de Universidad de Chile en los últimos años. ¿Cómo fue esa experiencia?
Sí, Alfredo Arias llegó y al tiempo me fui. Él puede ser una muy buena persona, pero como DT no lo vi al 100% en sus capacidades, sobre todo si tenemos en cuenta lo que había demostrado en algunos equipos.
-Hoy se habla mucho de la pérdida de identidad de la U con la llegada de referentes de otros clubes como Matías Zaldivia y Cristopher Toselli. ¿Crees que es así?
No, pero entiendo de cierta manera las quejas de los hinchas, porque ellos, obviamente, nunca se cambiarían de equipo, pero lo que tienen que entender es que los jugadores son trabajadores. Lo más importante es que representan a una familia. Cristopher Toselli puede ser de la Católica, pero te puedo asegurar que nunca querrá perder un partido y menos un Clásico.
-La posición de lateral izquierdo en la U ha sido un dolor de cabeza. No solo ahora, sino que hace rato. ¿Qué te parecen Marcelo Morales e Ignacio Castro? ¿Debe llegar alguien en esa posición?
El fútbol es de momentos. He visto jugar más a Marcelo Morales y lo que vi de él en el campo de juego era que sentía la presión de luchar por no descender. Eso es incómodo para cualquiera y más aún para un jugador joven. Lo que necesita la U, dejando de lado jugadores en específico, es una mezcla de futbolistas experimentados y jugadores jóvenes. Yo creo que en la U. de Chile pasan cosas que antes no pasaban, como por ejemplo, poner a gente en puestos dirigenciales que a lo mejor no se manejaban muy bien. Esos puestos son para tomar decisiones, pero al final las decisiones las toman otros. No pasa lo mismo en la UC, equipo que dirigencialmente y deportivamente, está sólido, igual que ahora último Colo Colo. La U no da esa imagen.
-¿Esa imagen que tú hablas hace que ciertos jugadores decidan no venir a la U e irse a otros equipos? Eugenio Mena es un jugador identificado con el club, pero decidió jugar en la Universidad Católica pese a que tenía una oferta de los azules.
No, no creo que afecte en la decisión de los jugadores. Esto lo digo porque los futbolistas que van al Centro Deportivo Azul lo ven como un desafío de volver a sacar a la U campeón, de hacer las cosas distintas, de cambiar la historia de los últimos años.