Todavía es muy prematuro para realizar un balance de la temporada de Universidad de Chile, sin embargo, el presente que vive la escuadra universitaria está muy alejado de lo que esperaban a principio de temporada, fuera de los puestos por competencias internacionales a nueve fechas del final del Campeonato Nacional.
Los dirigidos por Mauricio Pellegrino no se han encontrado con su mejor forma, y luego de alcanzar la cima del torneo, el equipo cayó en una racha negativa que lo tiene hace cinco jornadas sin saber de triunfos y arrastrando derrotas dolorosas, como por ejemplo, las que sufrieron ante O’Higgins y Unión Española.
El panorama administrativo de los azules es complicado, sobre todo en el aspecto económico, ya que el equipo no cuenta con una “caja” abultada para hacer movimientos importantes y apostar por el título. A raíz de esto es que la clasificación a copas internacionales es vital, ya que podría representar un ingreso importante en beneficio de los propósitos del club.
Es por esto que tanto como para la dirigencia como para el plantel es clave que Universidad de Chile pueda salir de la racha y alcance, como mínimo, los puestos de Copa Sudamericana, ya que en el caso contrario el panorama económico del club se avisora muy complicado.
El factor Pellegrino
Este año, por ejemplo, como parte de un proyecto de la actual administración se optó por destinar el presupuesto en un cuerpo técnico de primer nivel en desmedro de refuerzos de mayor calidad. Es por eso que la U apostó por Mauricio Pellegrino y ha tenido innumerables problemas económicos para reforzarse.
Ante los malos resultados, la continuidad del propio Pellegrino se ha visto cuestionada, lo que hace tambalear todo el plan ideado a comienzos de año, donde apuntaban al estratega trasandino como eje clave de lo que sería el proyecto del club a corto y mediano plazo.
En el caso que Mauricio Pellegrino no continúe en la banca a fin de año (o antes) y Universidad de Chile no consiga la clasificación a un torneo nacional, el panorama sería completamente adverso, por lo que la U podría entrar en un “hoyo” del cual le podría ser muy difícil salir, sin recursos y sin la cabeza del proyecto.
Este escenario distópico es el que quieren evitar a toda costa en todos los estamentos del club, por lo que los nueve partidos que restan del año serán verdaderas finales para un equipo que no quiere tirar otro año a la basura luego de un lustro de desilusiones.