Ignacio Arqueros intentó volver al fútbol profesional, pero su mente volvió a ponerle obstáculos. Luego de abandonar las series formativas de Universidad de Chile por maltratos por parte del cuerpo técnico de su categoría, el delantero se mantuvo entrenando con diversos equipos del país para intentar rehacer su carrera. No obstante, su última aventura en Provincial Ranco duró menos de una semana y por ello analiza seriamente abandonar el sueño de ser profesional.
Así lo reconoce el propio Ignacio Arqueros en conversación con En Cancha, en la que reveló que intentó volver a jugar en el profesionalismo en Provincial Ranco. El atacante de 22 años arribó hasta la región de Los Ríos para entrenar con el elenco de Tercera A, pero a los tres días sus traumas volvieron a acecharlo. Los dolores en los entrenamientos rememoraron sus episodios con Universidad de Chile en 2018, que lo obligaron a abandonar momentáneamente la actividad.
“Me devolví porque no me sentí a gusto entrenando. Hace años me siento igual, entonces creo que definitivamente no seguiré en el fútbol. Al menos como jugador. Es frustrante el hecho de intentarlo y sentir esa desmotivación en algo que invertiste casi toda tu vida, el cual era mi sueño de chico. He intentado volver un par de veces, en Primera B, Segunda y Tercera A, pero no hay forma de que me motive el entrenar”, expresó Arqueros.
“Mi mente está mucho más preparada para encontrar otros rumbos distintos a ser un futbolista profesional. También hay más caminos en el mismo fútbol, estoy tomando en cuenta esas posibilidades. Quizás ir al INAF y ser DT, o estudiar kinesiología y enfocarme en lo deportivo, psicología deportiva, quién sabe. Al fin y al cabo, uno no se puede desligar 100% del fútbol”, complementó.
Un trabajo lejos del fútbol profesional
¿Qué hará Ignacio Arqueros con su futuro? Trabajar, pero en primera instancia alejado del fútbol. Su labor estará vinculada a una fundación dedicada al reciclaje y tras ello analizará qué estudiará el próximo año. “Es buena plata, me gusta el poder ayudar. Estoy viendo si puedo entrar al INAF el otro año o una carrera fuera de ahí”, explicó el futbolista.
Un triste desenlace para el formado en Universidad de Chile (club que no lo contactó tras revelar su trauma), aunque asegura que era necesario y que priorizó su estabilidad psicológica. “Al final velé por mi bienestar mental. Hoy en día estoy más tranquilo viviendo una vida más ‘normal’. Me costó harto poder aceptar que ya no soy futbolista y que cuesta un mundo volver a estar en condiciones de poder jugar. La verdad, ya no estoy dispuesto a sufrir todo eso para volver. Estoy más tranquilo así”, sentenció.