Club Universidad de Chile comenzó de la peor manera la segunda parte de este 2023. Los dirigidos por Mauricio Pellegrino cayeron en lanzamientos penales ante O’Higgins, quedando de esta manera eliminados de la Copa Chile, uno de los objetivos que se trazaron para este año.
El resultado dejó una amarga sensación en los hinchas, quienes se descargaron con todo ante los dirigentes, jugadores y hasta el entrenado, a quienes en mayor o menor medida, apuntaron como culpables de un resultado que deja una sensación difícil de digerir y por la cual deberán extremar todos sus esfuerzos en el Campeonato Nacional.
El partido ante los rancagüinos también hizo evidente la necesidad de refuerzos en el cuadro laico, que tiene un plantel que no parece tener las herramientas ni la profunidad necesaria para ir por el título, por ejemplo. En pleno mercado de fichajes, el panorama no se ve auspicioso.
Esto porque según información de En Cancha, el mercado está muy cuesta arriba para la gerencia universitaria, que todavía no logra acercar posturas con ningún nombre y podría quedarse con las manos vacías. La prioridad para Pellegrino hace rato es un lateral izquierdo, puesto que pidió expresamente cubrir pero que la dirigencia ni siquiera han podido asegurar. Ya pensar en otra parece un sueño.
En Universidad de Chile hay varias complicaciones que se han transformado en un verdadero dolor de cabeza. La primera, es la ausencia de jugadores chilenos en el puesto, ya que no tienen cupos extranjeros y el mercado es acotado, más ante la necesidad de negociar con equipos que son competencia directa y que no cederán a sus jugadores fácilmente.
Por otro lado, los laicos tampoco han podido mover a los jugadores con los que el estratega no quiere contar. Franco Lobos y Jeisson Vargas lideran la lista de aquellos que los laicos pensaban usar hasta en una eventual negociación con otro equipo, pero se han encontrado con diferentes trabas, como sus elevados sueldos, para poder dar luz verde a una operación.
La caída de la operación Osorio
Otro punto importante es la falta de presupuesto en las arcas de Azul Azul. En Universidad de Chile señalan que las cuentas no han rendido como esperaban hasta esta altura del año, por lo que se hace difícil hacer una oferta seductora a otro club. Una de las alternativas que manejaban era vender a Darío Osorio, opción que se diluye cada día más.
Pese a que en un momento los directivos laicos votaron por la opción de vender al joven jugador, la falta de ofertas concretas que cumplan con el piso mínimo establecido por el club hacen que cada vez sea más difícil pensar en una partida del jugador en el corto plazo.
Además, dentro de la mesa gana fuerza la postura de no vender al oriundo de Hijuelas, ya que no se encuentra en su mejor momento deportivo y su valor ha decaído en los últimos meses. La percepción es que al club le resulta más conveniente recuperar primero el nivel del jugador, que podría terminar convertiéndose en “un refuerzo más” de cara al segundo semestre y así revalorizarlo ya con miras al mercado 2024.
Las próximas semanas serán claves, ya que otra de las opciones será usar fondos destinados a distintos gastos para la compra de refuerzos, lo que echaría por tierra otros planes de la concesionaria, como obras de infraestructura para el club. El principal pero en este tema es que, si de nombres de jugadores chilenos se trata, ninguno cautiva a la dirigencia para “abrir la billetera” y privilegiar su fichaje por sobre otros proyectos a largo plazo del club.